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"Jill Valentine, te necesitamos en estos momentos" |
Muchas cosas me asustan en el mundo, y no es que sea un
cobarde ni mucho menos, pero hay cosas y situaciones a las que temo de carácter
profundo y abismal, cosas que me hacen palidecer frente a la simple posibilidad
de su presencia, muchas de ellas son un poco salidas de la ficción, pero otras
tan reales que no queda más en la mente que temblar y helarse de miedo.
Asusta mucho el vivir per
se, asusta todo lo que es nuevo y desconocido, asusta el pasado en sus
facetas oscuras y asusta el futuro con sus posibles consecuencias. De las cosas
a las que le temo, las principales son medio estúpidas, como una plaga zombi,
que después de ver un concierto de Justin Bieber o después de ver cómo les ha
carcomido el cerebro a los colombianos esa pendejada de Protagonistas, no es
tan lejana ni tan paranoica, no por el virus, sino por saber que esa ausencia
de pensamiento ya ha asolado al mundo entero sin darnos cuenta. Solo ver cómo
se pegan a los televisores a ver ese libreto mal escrito, lleno de personajes
bien montados para crear conflicto en un país que no necesita más de eso, me
recuerda que el despertar de los muertos ya ha empezado; me doy cuenta de que
ese virus televisivo ya ha entrado en al sistema parasimpático (parasimpático no
es un paramilitar alegre mi despistado amigo) y ya ha desconectado por completo
las funciones superiores del cerebro con el resto de la conciencia. Triste pero
cierto.
Me asusta también la temida venganza de las máquinas, que
los computadores (mejor computadoras, en femenino se oye más catastrófico y no
sé por qué) se tomen este ex planeta de dios y nos acaben a todos, que nos
esclavicen o que nos usen como baterías para mantener su existencia (serían
unas máquinas co dependientes) o que peor aún, nos vuelvan entes sin cerebro
solo siguiendo los comandos que ellas profieren a través de sus pantallas…
y no me refiero a los usuarios de
BlackBerry, eso ya está perdido, es que ellos ya tienen su control remoto
incluido.
Me asustan los Mayas, ellos sí sabían cositas… aunque si he
de ser sincero, no les creo mucho; ya hemos sobrevivido a tantas debacles que
nunca llegaron que me he vuelto incrédulo hacia ese tipo de premoniciones
mitológicas: no volvió Jesús después de una generación (ni siquiera después de
la generación X), no se acabó el mundo en el 2000 (año arbitrario) ni se acabó
el país con la salida de Uribe… si ven, por eso ya no creo mucho en ellos;
Mauricio Puerta, Wicca, Walter Mercado y otros prestidigitadores me han
decepcionado siempre con sus horóscopos y cábalas.
Al desastre nuclear siempre hay que tenerle miedo, por lo
horrible de sus mutaciones y de la nocividad que acarrea, pero me asusta más el
desastre y la debacle financiera que se cierne sobre nosotros como sombra de
Enron y de otros agiotistas que juegan con el dinero que no les pertenece,
dejando a los demás en la quiebra sin nadita que comer.
Y hablando de cosas pendejas para temer, temo (porque Dios
le dijo: no temas y él te meó) que sigan atentando contra la dignidad humana,
como Fanny Lu, que en vez de seguir vendiendo Frutiño, escribe sandeces por
Twitter… o le temo a las figuras geométricas que ve Juanes, o a que algún día
me encuentre de frente a Marbel y me coma de un solo mordisco la gastrópoda esa,
o que me toque ser su mero mero dueño y tener derecho a sus derechos…
Pero a algo si le tengo mucho miedo, pero mucho, mucho
miedo… debo empezar por el principio: anoche tuve un sueño, una pesadilla sin Elm
Street ni Freddy Krueger, soñé que por fin los Mayas habían acertado, que por
fin el final de los días había llegado, que los cuatro Jinetes del Apocalipsis
habían hecho su aparición triunfal, que por fin todo era como debía ser: que
Álvaro llegaba nuevamente al poder.
Llegaba nuevamente con todos sus acólitos y sus baterías
recargadas, que ahora comandaba una legión de descerebrados (bueno, más
descerebrados que nunca) que aplaudían todo lo que hacía el personaje
prestidigitador cual focas entrenadas, que ahora la casa estudio se ubicaba en
el Palacio de Nariño y les daba en la jeta a todos… por maricas! Que utilizaba
nuevamente recursos del estado para hacerse campaña dominical con cura a bordo
(o con Procurador a bordo, que es lo mismo) y para repartir cualquier pesito
(porque cualquier monedita es cariño) a las madres cabezas de familia o a las
familias que dejó sin cabeza su amigo Rito Alejo del Río. Ah, y que metía en su
gabinete a Angelino Pan y Vino (ese señor si le pone gracia a la política ahora
que Pachito anda como alejado).
Era una pesadilla vuelvo y repito: sacaba de la perrera al
Pincher y le decía que iba a ser su nuevo delfín (hablando de mutaciones entre
especies) y que podía hacer con el agro lo que su seguro ingreso le mandara y
le permitiera; llamaba a un cónclave cerrado para abolir ese esperpento
político llamado Constitución y luego lo llamaba constituyente, convertía todo
el Ubérrimo en Zona Franca (porque él
nunca ha sido tramposo) y llamaba a las armas a todos los colombianos de bien a
través de Claudita Gurisatti y la señora a la que siempre se le mueve su cosa
política.
Cambios radicales por doquier hacía el señor: acababa con
los demás partidos tildándolos de guerrilleros vestidos de civil, mataba a ese
montón de “indios” que solo piden y no dejan progresar (porque también son
terroristas vestidos de ruana), legalizaba la mariguana pero solo para Pachito
y sus amigos de guardería (porque recuerda lo que dijo Daniel Samper: un niño
educado es un Pachito menos) y como no, ponía de fórmula vicepresidencial (o
visceral) al súper ministro Eduardo “Invercolsa” Londoño, que con su prosa florida
y sus verbo providencial encontraba la cuadratura del círculo en los círculos
viciosos del poder que agarraba Alvarito en sus manos.
Y finalmente la debacle, y afortunadamente ahí terminó mi
sueño: Invadía por fin a Venezuela con todo su poder militar y paramilitar…
porque así lo dijo hace poco, que solo le faltó tiempo para hacer la obra de
caridad con el pueblo venezolano y atacar a esos terroristas vestidos de
venezolanos y venezolanas (por la paz) en sus propias guaridas, en territorios
que no le pertenecen… y finalmente nos ponía en pie de lucha a marchar unidos
hacia el hermano pueblo bolivariano.
Como dije, afortunadamente me desperté y no pude ver el
enfrentamiento y el desangramiento que ello atraería (pero como a Álvaro le
cabe este continente en la cabeza); pero eso me deja una reflexión más allá de
la burla: que debería empezar a escribir mis sueños y a articularlos, para así
crear un guión digno de Hollywood que me llene por fin los bolsillos de sucio
pero delicioso dinero y que me saque del anonimato para convertirme en un
escritor famoso, famoso por haber escrito el mejor estreno del verano del 2013:
President Evil, La Resurrección!
Tal Cual!
P.D.: Tengo en serio que escribir mis sueños de manera más
continua, estoy completamente seguro que escribo mejor que muchos de los
libretistas de la televisión nacional e internacional, o al menos tengo mejor
imaginación que poner a un montón de palurdos personajes juntos en una casa
para que se den en la jeta o en una isla repitiendo el mismo formato año tras
año.
La última: Para que se ría señor lector y la señorita que
espera en la fila, les dejo el texto de humor que hace referencia a la rectitud
y coherencia del señor Álvaro Uribe Vélez Frías (pues el “Frías” es para que
vaya pegando en Venezuela):
http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/lvaro-uribe-dice-que-tuvo-en-mente-operativo-militar-en-venezuela_12124738-4
Excelente opinión, al final quizá el mundo no acabe y lo que se acabe sea el petróleo, sinónimo de caos y guerra mundial.
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