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"Justicia: Vendida al caballero de atrás!" |
Mi país, ese país bañado por dos mares de los cuales no
sacamos nada, 3 cordilleras, que sirven para refugiar paramilitares y
guerrilleros (ah y muertos y desaparecidos) y plagado de televisión basura y telenovelas
baratas sin argumento ni sustento alguno más que el de proveer una superflua
diversión al público inerte, ahora se enfrenta a una verdadera novela, una
novela de verdad, de la vida real, que incluye traiciones, intrigas,
deslealtades, celos, envidias, corrupción (como si en Colombia faltara ese
elemento en cualquier aspecto de la vida cotidiana), lágrimas y desaciertos de
la justicia. Se trata nada más y nada menos que del caso de Luis Andrés
Colmenares.
Me causa cierta curiosidad el saber cómo han hecho para
manipular tanto a los forenses y a la justicia para alargar tanto el proceso; porque
yo sé que la justicia de mi país no es la mejor ni la más eficiente del mundo,
pero carambas, el modo en el que se ha llevado el caso por parte de medicina
legal y de la fiscalía es más que jocoso y jacarandoso.
Las versiones de las acusadas también son dignas de entrar a
la clasificación de “historias asombrosas” o de “La Dimensión Desconocida”;
poseen argumentos inverosímiles y agujeros conceptuales de un tamaño que
rivaliza con los cráteres que se encuentran en las calles de Bogotá; hablan de
grados de alcoholemia que inducirían a cualquier persona a un coma profundo en
vez de ponerlo a correr, de saltos mortales triples imposibles y de la
anulación de las leyes de la física, principalmente la Ley de Arquímedes acerca
de la interacción entre los cuerpos y el agua.
Realmente es obvio lo que pasó en esa novela de celos,
lujuria y pasión de Gavilanes. Ahora le resta a la justicia el definir los
autores y las culpas, pero más que eso nos queda a los colombianos aseverar que,
como el adagio popular reza, “la justicia es para el de ruana”. Porque también
es obvio que sin la divina intervención del dinero que aportaron los familiares
de Colmenares, sería otro caso cerrado y archivado por la justicia; sin los
forenses que pagaron, el muerto seguiría siendo solo carne para los gusanos, y
los fiscales, seguirían estando comprados para favorecer a los culpables, esos
pobres culpables que se autodenominan “gente de bien”.
Esperemos a ver que dicen las partes, que argumentan con las
pruebas que tienen y que veredicto da el juez a propósito de este Reality Show
que se desenvuelve en las altas esferas de la sociedad colombiana, en esta
trama hollywoodense digna de un elenco de primera, protagonizado por esas
deliciosas mezcolanzas que se han creado para las novelas actuales,
producciones colombo-peru-vene-mexicanas.
Por eso espero con ansias que emitan rápidamente la
telenovela en R.C.N, famosa producciones del más alto estándar de calidad y
reparto, que podría llamarse “Colmenares y la Gente del Camino”; o que lo haga
Caracol, con su talento para copiar todo lo que hacen en otros canales, con ese
talento “Más cerca de ti”.
P.D.: Por cierto, que ha pasado con la otra novela que
impacta a los corazones del país, esa de Valerie Dominguez en ese culebrón que
bien podría llamarse “La Costeña y el
Agro”?
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