'Valerie: La máxima exponente de las hotlanders' |
Yo soy un tipo de gustos raros, me gusta
desayunar con Coca Cola y ando más saludable que muchos que comen frutica y
papayas orgánicas, me gusta joderle la vida a todo el mundo y llevarles la
contraria, no porque me ponga de ese lado de la discusión sino porque me
encanta ver a la gente defendiendo muchas veces lo indefendible. Pero tengo un
gusto mucho más extraño: el gusto por las ‘hotlanders’.
Primero debo empezar aclarando qué son
las ‘hotlanders’; es triste reconocerlo porque me parece uno de los personajes
más bobos de nuestra idiosincrasia sin gracia pero la palabra me la robé
impunemente de Andrés López, del payaso por antonomasia que algún día utilizó
ese vocablo para describir a las mujeres de las tierras cálidas, aquellas
mujeres venidas de algún lugar caliente como las costas o los valles de altas
temperaturas.
'En el mar, la vida es más sabrosa' |
Ya definido el término empecemos a
describirlas: mujeres bonitas o feas hay en todas partes, incluso creo que
prevalecen los feos en cualquier género, pero al menos las mujeres pueden
‘desafearse’ con maquillajes o con ropitas (o sin ropitas, porque los hombres
somos puercos) y ese es un plus que les ha concedido la sociedad entre tantas
‘vicisitudes’, pero déjenme decirles que, sin tener estudios concretos porque
esto es un blog bobo, las llamadas ‘hotlanders’ tienen una mayor prevalencia a
ser bonitas o exóticas.
¿Por qué? Se preguntarán muchas de las
serranas ofendidas por semejantes palabras, porque la característica número uno
de todos es ofendernos por la más mínima pendejada, pero aquí van mis razones:
son diferentes a nosotros los serranos, diferentes físicamente con sus mezclas
de razas, esos ‘cruces’ (como dice un amigo) entre blancos, negros, árabes y
demás han dado buenos frutos (por cierto, ¿no han visto los ojotes de las
árabes? Bendito…).
Son más alegres, verbigracia, no se
complican por nada: que si hay que salir sin maquillaje, pues salen, que hay
que salir en sudadera (me parece horrible pero a veces toca), igual salen, que
en una fiesta hay que salir a bailar hasta con el más feo, lo hacen y no se
enredan por pendejadas como sí lo hacen las mujeres de las altiplanicies que
son capaces de hundirse en un asiento toda una noche y acabarse de planchar el
trasero antes que sacar a bailar a un desconocido… incluso a un conocido que
les guste, porque todo les da vergüenza, todo es una ‘boleta’, eso es de
calentanas.
'Qué mamera esta gente...' |
¿Que hablan duro y rápido? También es
cierto, pero uno se acostumbra a esa velocidad de metralleta que tienen y hasta
se enamora y copia algunos dejos de ellas (¡coño!, porque ajá, que yo te lo digo eh -mi favorita-). Hablan claro y sin dale vueltas no como uno que pasa por veinte
temas antes de llegar al punto. Usualmente salen ligeritas de ropa aunque estén
en plena capital (cosa que indigna a la fauna local, por eso apoyo a las calentanas) y
tienen unos cuerpos muy bonitos (estoy hablando de las que me gustan, del resto
no me interesan –iba a poner ‘me chupan un huevo’ pero mejor no-).
Pero, y he aquí el meollo del asunto, lo
que más me gusta de esas bellas calentanas es que ¡NO SON MORRONGAS como las
serranas! Pero me explico: así como una costeña o calentana no es que lo de por una moneda o por ascender en la empresa, sí le hacen a todo cuando ya hay confianza, cosa que se gana en
pocas salidas si en verdad hay gusto entre ambos, ¡hasta lo van a buscar a
unoooo! Pero pónganme a una mujer de tierra fría… ¡cosa pútrida! Toca sacarlas
como 325 veces y encima de ello hay que tratarlas como reinas, léase, gastarles
todo, desde la suela de los zapatos hasta cada empanada que se les antoje, sino
pierden el interés y empiezan a poner indirectas hasta en el Facebook. Y claro
que gorreras hay en todas partes, pero al menos las calentanas ‘se lo dan’ en
el intermedio, pero es que las ‘frianas’ además de todo salen caras, castas y
puras.
'Castas y puras cual monjas de encierro' |
Las preguntas que adornan el bello
vocabulario de mis conciudadanas es: Que qué venimos siendo, que usted lo único
que quiere es hacerme la vuelta y ya, que por qué uno no las presenta hasta en
los caramelos de las chocolatinas Jet, que por qué no ha borrado desde la
primera salida a todas las mujeres en sus contactos, etc. Es una tortura! Además, tienen 25, 30 o
hasta cuarenta años y hablar de sexo con ellas es un tabú, tienen hasta hijos y ¡NO CONOCEN UN PIPÍ!, son santas palomas que toca hasta explicarles por dónde… la
mayoría, se me salvan una o dos, de ahí pare de contar…
'Ups I did it again, mi no conocer un pipí' |
Por eso en muchas partes se las llama
‘MORRONGAS’, porque se las dan de mujeres al límite (patrocinado por CARACOL
TV) y de las más avezadas, pero siempre salen con su pendejada que las deja muy
por detrás de las calentanas que, la mayoría por cierto, tienen unos traseros
espectaculares. Es más, beben a la par con uno y no le hacen mala jeta al trago (solo he conocido a una bogotana -La señora X- que se tomó un Brandy sin siquiera parpadear, como agüita oiga).
La ‘Morrongués within’ las acompaña en
todas partes y como no hay costeñas pa’ tanta gente y como los hombres (yo no
porque mi cuerpo es territorio seguro) se pegan a cualquier cosa que les pique
el ojo igual seguirán teniendo seguidores, pero en lo que a mí concierne,
renuncio a esta ‘morrongués’ y sus promesas vacías. No hay que seguirles el
juego, no hay que aguantarles semejantes estupideces, ¡de por dios!
¡A la morrongués di no y no… di no y no!
Fin del Comunicado.
P.D.: Hablo con propiedad del asunto
porque el 87% de mis novias, parejas o machucantes han sido calentanas y, aparte de que medio puticas sí son algunas, no las cambio por nada y
no sé si afortunada o desafortunadamente las seguiré buscando per sécula
seculorum… Vamos a ver con qué nueva me salen ahora o si me cierran la jeta,
especialidad de la vida y del destino ‘para con uno’.
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