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"Atendido por su propietario, siga Ud." |
En estos días de iluminaciones olímpicas y de justas no tan
justas (por lo de la tecnología que utilizan las grandes delegaciones) no había
de qué escribir; y no es porque en el mundo o en Colombia falten las noticias
que llenan de risa y rabia a todos los comediantes del país, no porque Dania se
haya compuesto y ahora ya no venda el archipiélago, no porque ahora el
vicepresidente siga siendo una marioneta o un florero más allá de su estado
aletargado (bueno, más aletargado), sino porque debo decir que últimamente me
está importando poco el devenir nacional.
Es que todo ahora es muy pesado, sino miren el nuevo partido
que creó mi ex presidente Uribe con sus cofrades, con sus amigotes (esa es una
palabra meramente maternal), ese centro de Puro pensamiento genital, y digo
genital porque nos cree guevones a todos los colombianos (claro que no falta el
que le vota nuevamente) para que volvamos a creer en la santidad de sus
compinches en la cárcel. Pero así de repente, de una publicación sumamente
seria, encontré tema, un tema angelical y sublime que me hizo retomar el oficio
de escribir.
La noticia parece pendeja, pero no, no se confunda mi amado
radioescucha, posee una grandeza en sí misma, es una noticia magnánima; se
habla de que uno de los emblemas del norte de Bogotá, de uno de los lugares
favoritos para tomarse fotos y que está lleno de maricaditas (como una piñata),
ahora está sellado, está cerrado por evasión de impuestos (si, óigalo bien
cuando jacte de oligarca y deje propina), por hacerle “conejo” a los aviones de
la D.I.A.N.
Pues sí, el Hard Rock Café está sellado, cerrado por
tramposo, por no tener sus cuentas claras. Pero a mí me parece que ya era hora!
Lugar del demonio ese, en donde una comida puede salir lo de un día de trabajo
sin que ello lo amerite, en donde ponen música normal y en donde su ambiente
está lleno del mal gusto norteamericano: lleno de llaveros, guitarras y
pendejaditas varias… ese lugar donde también se puede comprar una camiseta
sencilla por cien mil pesos (eh?).
Más allá de alegrarme del cierre (lastimosamente temporal
supongo) de ese antro del averno, de ese lugar que reúne a la “gente linda” de
la élite capitalina, veo en ese acto una oportunidad de negocio, una
oportunidad de crecimiento capital, pero más allá del simple y llano dinero, veo
una oportunidad de reafirmarnos lo que somos los colombianos en un nuevo
sentimiento, en un nuevo lugar.
Propongo que abramos nuestra propia versión de “Hard Rock
Café”, pero que sí nos represente, que sea nuestro, muy nuestro, que esté lleno
de esa “colombianidad” que tanto nos pasan los medios de comunicación por la
cara últimamente.
Es que lo veo como un sueño hermoso y limpio, puro y
sincero. Espero que abramos un café en un lugar más adecuado para tan alto
oficio… me imagino un segundo piso en la 19, en el nunca bien ponderado centro
de la ciudad y estaría adornado con todo lo que nos representa:
Los letreros de “hoy no fío, mañana sí”, creo que serían
imprescindibles, así como sombreros aguadeños, carrieles y por qué no, una
burra, ya que eso representa nuestra cultura más amada y, a la vez, menos
amada: la cultura paisa; porque hay que admitirlo, nos caen bien los paisas,
son queridos, amables y serviciales (muchos de mis mejores amigos son de por
allá), pero poco amamos su amor irrestricto por el dinero (cosa que los ha
metido en muchos problemas y estereotipos) y su regionalismo avezado, además de
su cuasi infinita “avispadez” y la facilidad de sacar ventaja de cualquier
persona que se les atraviese.
Pero continuemos; los que me conocen saben que la odio, odio
profunda y visceralmente a esa persona, pero deberíamos tener algo de ella en
el nuevo sitio, algo que la represente en toda su figura: un mechón del capul
de Shakira, pero solo si es con la gomina que le echaron en el video de “Magia”
(sí, soy monotemático), para que nos sintamos internacionales. También deberá
estar el sombrero “vueltiao” (se escribe así?) que nos representa a todos los
colombianos (sobre todo a los del interior), ese que yo vine a conocer a la
tierna edad de 20 años por los malabares del destino; una ruana boyacense, un mocasín
blanco del valle, un arpa para recordar a ese valle que le llaman llano y ya
para terminar, algo de arte precolombino, algo como una vasija o cualquier
cosa, da lo mismo porque los colombianos no tenemos nada de indio en nosotros,
somos los europeos de américa latina, así que solo ponemos esas cosas de
salvajes como punto de referencia más no como identidad. Porque hay que
recordar que no hay indios en Colombia más que esos “indios mugrientos” del
Cauca, como lo afirman muchos arios de raza pura y de sangre azul en los
comentarios de internet.
Claro que si es un restaurante deberíamos ofrecer platos
típicos, que nos llenen de pasión por la “colombianidad” como ñero al horno, busetero sudado en salsa
de Tropicana Estéreo, comentarista
deportivo al ajillo, sopa de Yidis, huevos a la Obdulio (o sea estrellados),
sesos de mono con condimento de congresista, caldo de ojo (el preferido de
Juanma), hormigas culonas de Soho, cabrito a la Oscar, encurtido de Grisales
(pero viene con sal de frutas para pasar la indigestión de tanto cuero), pusandao
de bagre (o de Azcárate), caldo de cola a la Cediel, sorbete de borojó (a ver
si se para algo en este país), arepas a la Dania, Marbel Tolimense, una sopa de
remiendos parlamentarios y el sancocho preferido: un sancocho “protagonistas de
nuestra tele”, el cual me imagino será el más vendido a esa multitud que ama
los menjurjes, sepan a lo que sepan. Ah, y sin duda, lo que más les gusta a los
congresistas, senadores y gente linda del espectáculo: mucha, pero mucha
Fritanga.
Es este lugar no puede faltar el merchandising, los objetos
insulsos pero que fascinan a los comensales; deberían vender llaveros con la
foto del Pibe, camisetas que digan “Uribe 2014 – 2200”, pistolas de juguete con
el patrocinio del ex comisionado de paz, cuchillos Rito Alejo del Río que son
mejores que los “Ginsu 2000”, la motosierra urabeña y lagartos encurtidos como
Poncho Rentería o Yo José Gabriel.
Y así pues mis buenos amigos, deberíamos crear un lugar que
nos una a todos, que nos identifique, en donde pongan sin cesar el segundo
himno más hermoso del mundo (nacidos para “segundear”), que cocinen locro y
mazamorra grande, chiquita, intermedia, caliente, fría, etc., que maten un
marrano y cuatro gallinas, un lugar en el cual el animador estrella sea el
mismísimo Uribe Vélez, que nos entretenga con su prosa versada, con su
malabarismo político y con su alta habilidad de manejar bestias aunque después
lo tumben de su lomo, ya sea una potra o Yidis.
Espero así que, alguien tome prestada mi idea y cree este
lugar de mágicos encantos “macondianos” y nos liberemos de una vez de esos
lugares extranjeros, que son malos y no saben a bueno... ah, y no pagan
impuestos.
P.D.: Ahora hay gente ofendida porque los ingleses dijeron
que el himno colombiano era uno de los más feos del mundo; pues debo decir que
me vale madres (como dicen los mexicanos) lo que piensen un montón de estirados
que aún tienen reyes (como si nosotros financiáramos con nuestros impuestos a
un cacique o algo así), pero también quiero saber dónde fue el concurso para
saber que nuestro himno es el “segundo mejor del mundo”… el himno simplemente
es una expresión del patriotismo, de ahí a que sea mejor o peor es una
reverenda estupidez, soy tan colombiano que voy a utilizar la frase argentina:
lo que piensen del himno me chupa un huevo!
Otra: Critican tantas personas a R.C.N. y a Caracol
Televisión, pero al final siguen viéndolos día tras día… de gente ridícula está
lleno el mundo. Vuelvo y repito la frase de Friedrich Schiller “Contra la
estupidez, los propios dioses luchan en vano”. Amén.
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