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"Dame mi aguinaldo aunque sea poquito..." |
En estas épocas de amor, paz y
reconciliación, en mi amada tierra hay mucha, pero mucha comida, canciones,
villancicos, Pastor López y natillas con buñuelos; se reza por todo, desde la
paz mundial hasta por el año nuevo que vendrá, siempre con lo mismo, pero con
una nueva esperanza de que no pase nada diferente.
Pero también llega otra deliciosa
tradición que no solo se juega en el día de amor y amistad, sino también en
estas fechas tan agraciadas: el juego del “Amigo Secreto”.
Para mis lectores que no vienen del país
de alias “Fritanga” o “Chochagringa”, les quiero aclarar que el amigo secreto
no es ese que las mujeres tienen en reposo cuando no están sus novios o maridos
de turno, pero voy a explicar en qué se compone ese peculiar juego que
involucra a los regalos con el desconocimiento del gusto de la víctima en
cuestión: Se trata de un juego en el cual uno se obliga a regalar algo a
alguien, pero esa persona no puede saber quién es aquel que le va a dar el
regalo, así que se trata de mantener en secreto (qué profundo, verdad?); los
participantes sacan de una bolsa el nombre de quien va a ser la víctima y
luego, a veces sin conocerlo, deben imaginarse qué es lo que le gusta o lo que
necesita el individuo para así comprarle algo que generalmente está dentro de
unos parámetros de presupuesto.
Claro que ahora ha evolucionado y todo el
mundo dice a viva voz qué es lo que prefiere que le regalen y así el
“regalador” no tiene que devanarse los sesos tratando de urdir algún estúpido
plan para conocer los gustos del paciente. Pero en mi época no era así! A uno
le tocaba sorprenderse con la genialidad de los que compraban el regalo de uno,
que generalmente era una tía que no tenía ni la más mínima idea de quien era
uno o un compañero de clase que quería que le saliera la niña linda para así
enamorarla. Como un dato aparte, recuerdo que hice un muy buen trato en sexto
año cuando me salió la muchacha que era el sueño húmedo de todos en el salón,
porque más allá de todo siempre he apreciado algo más loable que el amor
estúpido de adolescente: el dinero. Vendí el nombre y así, sabiendo que alguno
de mis compañeros iba a darme algo estúpido (como en realidad pasó), pude
comprar lo que yo quería con mi único amor: el dinero.
Pero basta de preámbulos, voy a ir al
grano, no juego amigo secreto porque siempre, siempre, siempre (aclaro, es
siempre), me ha ido mal con los famosos regalos de turno, siempre me han
regalado algo inmundo, asqueroso, patético o hediondo para así tener que reír
para no llorar y decir: gracias, no tenía uno de esos!
Voy a hacer una breve lista de los peores
regalos de amigo secreto, de paso todos los que me han tocado, porque hay cosas
para sorprenderse por su estupidez o por su nivel de banalidad, acá va:
-
Pañuelos, que son la oda al
mugre; no entiendo qué tiene de higiénico andar cargando los mocos en el
bolsillo.
-
Cucos y medias: son regalos
patéticos en verdad pero al menos no carecen de utilidad.
-
Lapiceros, agendas: son los
regalos preferidos por los tíos tacaños que creen que le solucionan la vida a
uno dándole dónde y con qué escribir.
-
Un marco para fotos: que
esperé con ansias locas toda mi vida, para así pegar ahí la foto del tacaño de turno y
poderlo escupir todos los días con confianza.
-
Llaveros: pero no solo un
llavero bonito u original, no, uno patrocinado por la Fiduprevisora o por
Colgate… Tacaños de mierda!!!
-
La colección “Grandes Éxitos
de Cromos”: Inserte mirada patética aquí.
-
Un Garfield artesanal: No
Coments…
-
Una lámpara de Varta: Sigo
sin comentarios…
-
Un impermeable: Ah? Pueden
creer que alguien imaginó que un pedazo de plástico sería el regalo ideal de
Navidad? WTF.
-
Una lata de atún Van Camps
tamaño familiar: “Ay mijo, como a usted le gusta tanto el atún, pues qué mejor
que eso”… Lo malo fue que no me dieron un frasco de Milanta para el dolor de
estómago, o una paca de papel higiénico.. giles!
-
Un delfín: si, como lo lee y
lo mira querido radioescucha, un puto delfín… pensemos, un niño de 13 años
quiere todo menos uno de los animales mas gay que pueden haber, un delfín que
no era hasta el fin como el cantante… un puto delfín!
-
Y la ganadora de todas: Una
sudadera MORADA!!!: Qué carajos creía que era yo, un jubilado sin pudor? Un
atleta etíope? Si, era una cosa Inmunda, un color vomitivo con una gruesa línea
verde moco en el pecho… y como antes no podía uno decir nada malo, solo pude
decir Gracias, aunque para mis adentros decía: gracias pedazo de recontramalp…
por comprarme lo que estaba en oferta en San Andresito, cuidado te gastas mucho
pedazo de animal! La próxima vez me traes unas medias veladas Ritchie en
oferta, putazo!
Falta el regalo que no fue, una cierta
vez que todos recibieron regalo menos yo, ya que la mujer que me debía dar el
mío terminó con el novio, entonces él se quedó sin polvo y yo sin regalo.
Y he ahí el porqué no juego ese amigo
secreto del demonio, solo me he a traído frustración y tristeza, bueno, y risas
para los demás.
Así que este año me niego rotundamente a
entrar a esa tradición de decepción y amargura y me compararé a mí mismo algo, así
sea una sudadera pero no MORADA!
Pero, más allá de todo queda una bonita
lección: Quiere saber qué regalar? No se preocupe, yo le tengo el regalo
perfecto para vengarse de quien quiera, ya los he recibido todos.
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