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"Duro contra el muro mi pueblo lindo!" |
Colombia es un país extraño, físicamente
tiene buenas condiciones para florecer como nación, tiene mares, ríos y todos
los pisos térmicos; tiene valles, colinas y lugares para cambiar de ambiente a
solo una hora de camino unos de los otros, pero siempre ha estado viviendo en
una pobreza no solo física, sino mental.
No voy a hacer un “recorderis” de la
estupidez que nos une como nación ni mucho menos de los fariseos que se han
alimentado de ella durante toda la historia republicana de mi país bananero por
excelencia, solamente quiero decir que es algo raro lo que está pasando en
Colombia en estos momentos.
La gente se ha levantado (aunque no mucho
porque la pereza nos puede muchas veces) a protestar y sobretodo a apoyar a los
campesinos, a esos pobres seres humanos que nos dan de comer pero que son la
burla constante de la gente de la “capital”, porque no debemos olvidar que el
arribismo es una característica innata de ese pueblo aparente.
Es que si lo ven de cerca, aparentamos por
todo: nos creemos los europeos y los del abolengo en América Latina, el resto
de países son solo sucios indios o negros que se quieren igualar con nosotros,
aunque algunos tengan mejores vías y mejores condiciones de vida… qué va, lo
nuestro es ser mejores solo por haber nacido en el orgulloso país de Paulo
Lacerda.
Y en el país de las apariencias, donde es
un orgullo monumental salir de la oficina a almorzar con el gafete a plena luz
para que todo el mundo vea que soy un empleado más haciéndole ganar dinero a
otros (esclavo pero contento), ahora hay como una revolución venida obviamente
de una fuente ovejuna como lo es el internet y las redes sociales que nos
invita a todos a marchar, y no a hacer marchas idiotas como las del partidito
Verde Moko, no señores, a velar por los intereses de esos sucios campesinos que
tanto despreciamos pero que ahora son la moda, porque otra cosa que mueve el
vacío corazón de mi gente es la moda: la moda verde, Juanpis, Sin Tetas no Hay
Paraíso, Falcao, etc.
Y si se dan cuenta es eso, una moda decir
que se está enterado de lo que pasa en el campo aunque no conozcamos más que la
finca a la que ya podemos viajar gracias a Uribe, es “nice” ser verde y
entender que el T.L.C. firmado con E.E.U.U. era una vaselinita para que
cogieran al campo y le rompieran el orto, así muchos lo estuviéramos diciendo
desde que el illuminati No. 82 lo negoció.
Ahora todos entienden de semillas,
transgénicos, políticas alimentarias, inclusión social y política, economía y
finanzas, etc., todos son unos “duros” en todo lo que concierne al campo y a
sus campesinos, a aquellos de los que no dudan en hacer mofa cuando los ven con
sus ruanas o con su acento “no cosmopolita” como la gente de bien.
Lo peor, lo que si realmente me llena de
coraje, de ira y de verdadera indignación es ver al jetón ese de Álvaro Uribe
Vélez gritando a los cuatro vientos que él apoya el paro, cuando fue ese mismo
siniestro personaje quien se le bajó los calzones a los gringos y se les puso
en cuatro para que con su negrito de Obama se la enterraran hasta el fondo, no
solo a él sino a todo el agro colombiano… Hipócrita infeliz que no tienes
sangre en ese hocico para ponerte rojo de la vergüenza!
Aunque también me dan risa todos aquellos
que claman contra Santos sabiendo que fueron ellos mismos quienes votaron cual
borregos porque eso les mandaba el presidente de ese entonces; les recuerdo que
las ovejas solo tienen un fin: ser sacrificadas.
Claro que esta nueva revolución se gesta
en todo nivel, en la ama de casa que está de acuerdo con los campesinos siempre
y cuando pueda seguir yendo al Éxito o a Surtifruver para conseguir los precios
más bajos de las Papas McCain; en el estudiante que sale a marchar pero con sus
tenis Converse de marca americana pero hechos en China; en la muchacha que está
“cien por ciento” con el campesinado colombiano cuando le compra a su gato
“Whiskas”; las personas de la oficina que quieren precios justos para los
cultivadores siempre y cuando puedan pagar 200 veces más por una fritanga en
Andrés Carne de Res (porque es taaaaan nuestro…).
En realidad espero que no solo sea una
moda que incomode y que en serio la gente se de cuenta de lo que en verdad ha
pasado en el país desde el día uno de la independencia, de la pobreza, de la
desigualdad, de que las F.A.R.C. no son los que generaron la guerra sino un
síntoma de la exclusión social, que los estudiantes no solo salen a marchar por
perder clases sino que les están advirtiendo a los demás que hay cosas que
están mal en las leyes, que sea algo así como la primavera árabe, pero sin
muertos o Ayatolas guerreros; que sea una revolución de papas, que es lo que
más identifica al pueblo colombiano (no, la inmunda marimonda esa o el sombrero
“vueltiao’” no me representan de ninguna forma), una revolución que por fin le
(nos) quite ese arribismo absurdo de no pelear por nada, que acabe con algo del
arrodillamiento en el que vivimos todos los días.
Que la primavera colombiana sea la
primavera de las Papas! Bueno, y de los lecheros y de los labriegos y de los
cafeteros… etc.