![]() |
"No sea tan garra mi perrito" |
Veo que nuevamente en el país de Popeye,
la Quica y Alvaraco se llena la prensa de titulares venidos de las atrocidades
ocurridas por los mal llamados “hinchas” de los equipos de Colombia, que
nuevamente hay muertos y heridos solo por portar una camiseta tras una frontera
invisible de intolerancia venida de un deporte que es solo eso, un juego venido
a más que mueve dinero y lo peor de todo, inadaptados.
No estoy en contra del fútbol déjenme
decirles, es un deporte que tiene sus jugadas y sus movimientos, que tiene su
técnica y sus vainas, pero es que venirse a matar porque el uno o el otro
tienen un equipo diferente no es más que un comportamiento propio y digno de
las bestias del monte, y como bestias que son toca controlarlos con garrote y
por qué no, con esterilización selectiva.
Y con ese comentario muchos me tildarán
de “facho” o de cosas peores, pero quiero verlos cada vez que se les adelantan
en la fila del banco o cuando están por subirse a Trasmilenio todo lo que
vociferan contra aquel que irrumpió: indio, amangualado, bestia, animal, hp,
etc.; por eso me parece que el problema no radica en el juego, sino en una
fanaticada venida de un pueblo sin cultura y sin memoria.
Se habla de educar al pueblo, pero lo más
cruel que han hecho los políticos de turno es inaugurar escuelas y hacerle
creer a la chusma que ahora es educada… de qué sirve, me pregunto yo, saber que
pi es igual a 3,141592 si no se sabe lo básico en convivencia ciudadana? De qué
sirve saber que el peso atómico del Boro (dije Boro, no Bórax) es 10,81 +/-
0,007u si no se sabe cómo respetar al otro en su espacio personal?
Otros hacen el llamado a rescatar los
valores de antaño y reconformar la familia como si eso fuera una solución en un
país que lleva desangrándose durante toda su historia republicana; creo que de
las cosas menos loables que podemos hacer los colombianos es añorar el pasado,
no solo lo digo por Uribe y su gobierno de difuntos y flores, sino por toda la
historia de violencia sin sentido que hemos generado por la falta de valores
cívicos y por falta de respeto entre todos.
Porque si se ponen a reflexionar un poco
(solo un poco) se darán cuenta de que ese fenómeno no es sólo de ahora: la
violencia impregnada en toda la historia de Colombia nos demuestra que eso que
llamamos "valores" han estado perdidos desde el día cero de esa
patria boba, que no es más que un mero eufemismo para decirse en una plaza o en
un discurso para congregar fieles o cofrades, nada más... cuando el país
atravesaba por el llamado periodo de "La violencia" la familia se
integraba casi exclusivamente de la manera tradicional: padre, madre e hijos, y
aún así se inventaron el corte franela y el descabezamiento como deportes
comunales entre Liberales y Conservadores.
Pero la verdadera pregunta es: Qué se
debe hacer ahora con el problema de las barras bravas en el país de Pepita
Mendieta (acabo de darme cuenta, la Tía Loli de Dejémonos de vainas representa
al país ahora más que nunca, un país que solo vive del ‘qué dirán’), pues
obviamente la respuesta es contundente: bolillo y garrote, hay que aplicarles
las medidas policivas necesarias para que nunca vuelvan a agredir a alguien,
que no vuelvan a entrar al estadio sería solo un comienzo, porque deberían
tenerlos fichados para que dejen de andar haciendo sus fechorías en todo lugar…
lastimosamente para ellos ya no hay solución, esa platica se perdió.
La verdadera ganancia y solución es
educar desde pequeños a nuestros hijos, a esa semilla que aún no es mala (tan
mala) y que aún puede moldearse con nuevos valores de convivencia, con nuevos
sentimientos para con los demás, inculcarles un respeto por la vida y las
convicciones propias y ajenas, en enseñarles no solo teorías o religiones sino
historia, para que algún día dejemos de ser ese pueblo de mala entraña que
sigue eligiendo a sus políticos de siempre, aquellos que han inculcado la
violencia entre todos para construir su andamiaje de corrupción, para poder
darnos cuenta de que la solución a largo plazo para el retraso mental de
Colombia no es el darle bala a los guerrilleros o a los campesinos porque no
podemos ir a Andrés Carne de Res (que es taaaan nuestro), sino respetar al
otro, su pensamiento, palabra y omisión.
Ah, y que dejen de “hincharnos” tanto las
pelotas y que no dejen entrar más al estadio a tanta “ñeramenta” que aturde con
su olor y su estupidez a la gente normal que solo quiere disfrutar del
espectáculo en paz.
No comments:
Post a Comment