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"Fusionemonos corazón de melón" |
Las noticias que llegan de todas partes del mundo nos
asombran cada día más (o al menos a mí): cae la comunidad europea, noticia no
tan mala; soldados asesinados en Arauca, noticia mala; tiroteo deja cuatro
muertos en escuela de Francia, noticia mala; los Nule no tienen nadita que
comer, noticia mala, Daddy Yankee sigue cantando, peor noticia aún. Pero lo que
me asombra y me sorprende cada día más son las noticias de los acontecimientos que
ocurren en el medio oriente, ese oriente que es medio extremista.
No basta con la burka, cosa que no entiendo pero que
respeto, no basta con el control y la restricción de internet que tan
amablemente ofrece a sus ciudadanos el gobierno de Irán, no basta incluso con
el asesinato de campesinos en Afganistán por parte de un G.I. Joe del poderoso
e integro ejército americano, sino que ahora tienen que atormentar a esas ya
atormentadas almas de jóvenes sin oficio ni beneficio, sin amor propio ni
autoestima: Los Emo (que disculpen pero el escritor de este articulito no sabe
el plural de esa mórbida palabra).
Ese movimiento, creado desde las más profundas entrañas de
la desesperación y el desoficio de algunos adolescentes (que adolecen de
tristeza única que no ha experimentado nadie más en el planeta) que no sufren
por hambre, o violencia o un espectáculo de Jorge Barón, pareciera tener los
días contados en Irak frente a la creciente violencia generada por el mismo
gobierno pro – americano instaurado en Bagdad.
No soy nadie para criticarlos y tal vez menos para juzgar,
pero me parece a mí que, a pesar de la apariencia un poco estúpida y cretina enmarcada en color negro y fucsia,
estos pobres jóvenes ya sufren lo suficiente como para que sean atormentados
por un régimen de plástico creado a partir de la conveniencia de Washington.
Sufren las inexplicables políticas occidentales implantadas a las patadas por
el ejército salvador de la democracia mundial: el ejército americano.
Pobres ellos, los emoides personajes, que cargan en el alma
tantos sentimientos dolorosos y que ahora más encima los lapidan y los
persiguen… hay que protestar desde afuera, ya que desde adentro nos acabarían,
por ese acto de barbarie contra personas que, a pesar de andar desorientadas,
confundidas y algo idiotizadas, tienen todo el derecho a vivir y a expresarse (y a auto-inflingirse heridas sangrantes),
incluso con más derecho que algunos animales de la selva tropical como Roy
Barreras o Armandito Benedetti, o de algunos animales domésticos colombianos como
Andrés Felipe Arias.
Espero que este movimiento, por más estúpido que nos
parezca, no comparezca frente a una justicia y una moral arcaica que tal vez no
entendemos mucho, porque pareciera que los líderes árabes no hablan “ara-emo”,
y por ello no pueden compartir su mundo ideal con gente que no profese sus
mismas creencias.
Por el derecho de estos jóvenes de echarse con toda
comodidad los pelos en la jeta, de pintarse los ojos y andar cabizbajos y
meditabundos, alcemos nuestra voz de protesta para que no sean satanizados y
exterminados, sino, quién nos recordará que lo mejor de la vida es quejarse?
P.D: Hablando del “Papi Yankee” (yo yo) y mi talento de
barrio (y de barro), sé que uno no debe alegrarse del mal ajeno, pero me
alcancé a ilusionar con su supuesta salida del mundo del espectáculo. Solo se
puede vivir de ilusiones, no ilusiones de muerte y destrucción, sino de
aquellas que nos prometían el retiro triunfal de las tarimas bullosas del
reggaetón de este simiesco personaje; y continuar también con la esperanza del
regreso al buen camino por parte de esta juventud del perreo y del sandungueo.
Porque yo aceptaba hasta “El General” con su “Funkete” que nos ponía a gozar, que era una música por de más divertida y pintoresca, pero no apruebo mucho las lascivas
letras de algunos que dicen “se vale to’ en este sándwich de salchicha”…
La cultura EMO, sin lugar a dudas es fruto de la descomposción de la cultura mundial: Orientales y occidentales aportan sus decadentes prácticas para que se presenten estas manifestaciones culturales.
ReplyDeleteQue importante acudir a la sicología, para que nos muestre las etapas de desarrollo de los individuos, entre las que está la ADOLESCENCIA. Es una etapa del ser humano donde cada uno no sabemos quienes somos, estamos en la construcción de nuestra IDENTIDAD. Es tarea de la sociedad en conjunto, la familia y la escuela, aceptar esta realidad y proveer la ayuda necesaria para que los adolescentes de hoy sean los buenos ciudadanos del mañana.
Desafortunadamente, los gobiernos no están interesados en resolver este problema cultural, tampoco lo están las multinacionales, quienes aprovechan estos fenómenos para enriqueserce aún más. Las familias y los padres se encuentran en una sin salida, abandonados a su suerte como siempre.
Interesa más cuántos puntos subió o bajó el dow jones, la bolsa de la manzana podrida, la de tokio, y muchas otras.