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"Qué mal que ahora solo dé la cara..." |
La hermosa y soleada Cartagena, esa gema amurallada que se
yergue sobre el caribe nos ha llenado de orgullo y nos ha traído grandes
personalidades. Orgullo de saber que fue la única ciudad valerosa que se opuso
de manera estoica a la reconquista de Blas de Leso y por ello es llamada “La heroica”
mientras el resto de la patria boba se arrodillaba ante la avanzada española
mientras peleaban por tripas (como los chulos). Personalidades evidentemente
hay de sobra, desde Joe Arroyo (él era de Cartagena y no de Barranquilla,
aunque allá se quedó) o como Benkos Biohó (que no era de ahí pero hizo
historia).
Pero en estos días ha encontrado a una nueva heroína, una
mujer sin pelos en la lengua (espero) que se ha lanzado a decir “esta boca es
mía”, sin mencionar que otras partes pueda utilizar en su trabajo habitual.
Esta niña no tan niña, esta Dania nos ha mostrado de manera real que Colombia
si es pasión, que la pasión y el amor por el dinero nos mueve todo el esqueleto
y utilizaremos cualquier medio para conseguirlo.
Ahora ella, tan humilde y sencilla, sale de la luz
medianamente púbica a la luz pública con sus entrevistas en radio y sus
comentarios mordaces acerca de las mordidas que hicieron los agentes del
servicio secreto. Es toda una reina, una diosa humana que, al ser humana, pecó…
pero no por haber tenido un coitus con el rubio americano, sino por no haber
cobrado antes de que todo se consumara; y por ello generó semejante escándalo
que tiene a las mujeres de la ciudad en tela de juicio y que vendió la no tan
falsa idea de que la ciudad es solo un destino turístico sexual.
De cuándo acá eso es cierto digo con el dolor en el alma! Ni
que esa hermosa ciudad estuviera cundida de hermosas hembras, locales e
importadas, que desfilan en sus callecitas buscando llevar algo de comer a sus
hijos, novios y amantes, buscando vender el pan para ganarse el pan diario, de
señoritas de todos los estratos que buscan mejorar su condición gracias a la
calentura de los hombres porque, como dijo la Ministra de Relaciones
Exteriores, María Ángela Holgín, “donde hay hombres hay prostitución” (Será que
en la casa de ella solo hay mujeres?). Pero qué mejor relación exterior que la
que proporcionó Dania? Qué mejor prueba de que con el T.L.C. con los Estados
Unidos de América nos podremos relacionar exteriormente así sea con los interiores?
Pero me desvío sexualmente del tema, estoy acá escribiendo
estas líneas no para criticar ni para juzgar a una ciudad o a las mujeres,
simplemente quiero rendir un homenaje a esa damisela que ahora viaja por todo
el mundo para contar qué fue lo que pasó en esa noche de copas esa noche loca,
en la cual por tantos besos olvidó la plata, que viaja para contestar el por qué los “gringos” utilizaron esa frase
que dice: “por eso la plata que cae en mis manos, la gasto en mujeres, bebida y
bailando”, así todo el mundo después pelee, porque la vida no es estable todo
el tiempo.
Y entrando con canciones, ahora la niña Dania puede cantar
una canción venida de su coterráneo el Joe: “Voy para Dubái, voy a trabajar,
ahí está el placer, lo voy a buscar”, ella va dejando atrás (y con la de atrás)
aquel basural que la hizo odiar su forma de amar. Y pues cómo la llaman eso no
importa, ella se fue a veranear, a veranear en Dubái y en otros lugares
contando la buena nueva: si van a fiar, que no sea por sexo y menos a los “gringos”.
Tal vez por eso las llaman prepago, porque hay que cargarlas
con dinero para que funcionen y no se caiga la línea, para que atiendan el
llamado de la naturaleza como debe ser y que luego puedan ser desechadas.
Afortunadamente funcionan mejor que las de Comcel, que se mantienen dañando o
quedando sin carga en el momento menos esperado. Tal vez por eso es que los
hombres amemos tanto esta clase de negociaciones (me contaron), ya que llenan
todos nuestros requisitos: nos ofrecen placer, cariño y calor, nos llenan la
cabeza y vacían nuestros bolsillos y luego nos podemos deshacer de los
sobrantes; es una relación “ganar – ganar” entre los participantes.
Por eso Dania, mi querida niña costeña, no te dejes amilanar
por esos neomoralistas que quieren demeritar tu forma de trabajar con la DEA
(si, el chiste es malo pero me da risa), muchos de los hombres que somos del
país de la calentura te defendemos y te apoyamos, te decimos sin cesar que no
desfallezcas, que no tires la toalla (cualquiera que sea) frente a esas
horribles frases y acusaciones que te lanzan las mujeres postpago que no tienen
idea de lo duro que es el trabajo (y entre más duro más bueno), de los arduos y
ardientes horarios que manejas y de que la necesidad tiene cara de perro (no de
perra).
Ahora, gracias a tu affaire viajas por todo el mundo,
conoces gente interesantísima y eres el centro de atención en cualquier lugar.
Eso demuestra que todo el mundo es morboso y quiere saber más acerca de las
intrigas y de los intrilingulis (no dije cunningulis) de lo que pasó en la
noche en cuestión. Por ello también propongo que saques un libro, que es lo único
que falta, en donde describas toda tu vida, toda esa novela que comenzó el día
en que naciste con ese bello cuerpo hasta el día en que te ultrajaron al no
pagarte lo que te debían; acá en este mismo blog se propuso un título: “La
Costeña y el Texano”, o “20.000 lenguas
de viaje submarino” para hacer honor a esas lenguas viperinas que quieren
desprestigiar tu honorable trabajo.
Adelante pues mi heroína, mi hermosa Valquiria, menos
princesa que vagabunda, no sé si garganta profunda sea el apelativo que busco,
pero seguiré apoyándote hasta el fin del mundo, hasta la costa más lejana a la
que te lleve tu nueva fama ganada con mucho sexo, sudor y calor (como el
reggaetón). Lleva una Dania en tu corazón será ahora mi campaña para que sigas
en tu ritmo y abras todo, tu mente y tu cuerpo hacia la aventura de ser famosa,
hacia la aventura que es más bonita si no miramos el tiempo en el reloj… Te
digo que mi vida ahora estará dedicada a reivindicar las letras que componen tu
nombre sin equivocarme al escribirlo y a reivindicar tu poderosa profesión, que
ha puesto de rodillas al país más poderoso del mundo, esas rodillas que nunca
se habían inclinado ante nada, ahora tiemblan por lo que tu hiciste con estos
señores! (no sé si de rodillas también).
Y les digo a los demás, a esos papistas, que no le peguen a
la Dania, ni que fueran los años 1600, cuando el tirano mandó las playas de
Cartagena. Déjenla tranquila hacer su rebelión, así sea de los cucos y las
piernas… así digan que Cartagena es como una tienda de Bogotá “La feria del
Brassiere y solo cucos” (sorry, eso lo dije yo).
Larga vida a Dania, por eso como dijo El Joe: Cómo te
llaman, eso no importa yo, te vengo a buscar… te vengo a buscar, oh Dania DEA
(vuelvo y digo, el chiste es malo pero me mata), porque trabaja con la de abajo
(jajaja, en serio no puedo…).
P.D.: A todos aquellos que critican su solo nombre, les
recuerdo que el país está lleno de Jarvies, Jaíderes, Yobeibis (sí, en el Éxito
de la 53 en Bogotá) y hasta a una Alegna conocí, así que no hay nada que
reprochar, por favor.
P.D.: Mi hermosa Dania, si te siguen diciendo cosas
horribles en Cartagena te recomiendo que hagas lo mismo que hizo Joe Arroyo,
vete a Barranquilla y cantas a todo pulmón “En Barranquilla me quedó, en tierra
firme me quedo”!
Dania, efectivamente trabaja con la DEA...
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