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"Salgo de aquí, como un resplandor..." |
La vida moderna nos ha cambiado a todos, nos vuelve otras
personas, sin importar si eso nos hace mejores o iguales; creo que tal vez es
por todo el bombardeo cultural del que somos víctimas: el cine, la televisión,
la radio, internet, Vevo (maldito, maldito seas); nos han ido cambiando poco a
poco…
Nos mueve a través de nuestros estereotipos y nuestros
lugares comunes, cambiando para bien nuestra forma de ver el mundo, nuestras
relaciones interpersonales y nuestra manera de vivir; cada día nos volvemos más
una comunidad sin diferencias evidentes y sin ningún tipo de ataduras, ya sean
morales o estéticas.
Quién pensaría, siquiera sospecharía todas las libertades que
nos ofrece la sociedad esta, la sociedad tecnócrata y multicultural, pluralista
y heterogénea, en la cual hace diez o más años era criticado e incluso
perseguido el homosexualismo; quien sospecharía que ahora nos invite a todos
esos deliciosos placeres del desarrollo de la libre personalidad, esas delicias
que permanecían hasta hace poco ocultas bajo una falsa capa de la moralidad
vetusta de los derechistas.
Por eso muchos artistas, tanto de vanguardia como no de tan
vanguardia (no quería utilizarla palabra “de atrás”) ahora “salen del clóset”,
se abren al mundo de las libertades sexuales; debo admitirlo, los alabo y hasta
los envidio: quién como ellos que lo pueden hacer con tal tranquilidad, quién
como ellos que serán aplaudidos por muchos; quien como ellos que serán
defendidos por aún más personas contra esos arcaicos individuos de moral
retrógrada y avejentada que solo buscan frenar el avance de la sociedad, de las
libertades individuales y colectivas: Papistas esos, animales prehistóricos que
afortunadamente ya están en vía de extinción.
También aplaudo a todos y todas (jamás de los jamases voy a
decir tod@s, óigase bien!) aquellos que han salido de ese clóset lúgubre y
vacío, frío y tenebroso, para ahora encarar la reivindicación social y vivir
con toda plenitud su vida y sus amores! Felicitaciones amigos y amigas míos y
mías, felicitaciones a todos… pero debo pedirles un poco de espacio también
para mí, para mi pobre ser que también quiere expresarse, quiere vivir y sentir
libremente.
Aclaro, no soy ni homofóbico ni “cualquiere-fóbico”, soy un
ser más en esta melcocha social. Tampoco soy gay, ni por naturaleza ni por
elección (no sé en qué va ese debate y creo que no quiero tampoco saberlo).
Solo soy una pequeña parte de esa gran mayoría ahora en extinción (espero que
para bien de la sociedad machista y belicosa) que ya solo deambula por las
calles, sin son ni ton, pero que aún existimos… Los hetero…
Sí, soy hetero, y qué, ya era hora que lo dijera, soy hombre
(por naturaleza primero y luego por elección debo aclararlo) y me gustan las
mujeres, las altas y las chaparritas, las flacas, las gordas y las chiquiticas!
Me fascinan las mujeres! Y aunque debo aclarar que no las entiendo, las adoro y
todo en sus seres me parece delicioso…
Por eso tengo el descaro de decir algo tan explosivo, algo
tan fuera de lugar en estos momentos: que soy heterosexual, que me gustan los
individuos del sexo opuesto… sé que para la sociedad actual eso es una
anormalidad, casi un delito, pero así debe hacerse en la vida: arriesgarse y
exponer lo que somos, para vivir en paz y armonía, especialmente con nosotros
mismos.
Es que ahora es una cosa muy peligrosa esa de ser
heterosexual (no voy a utilizar la palabra “normal”, que es lo más anormal del
mundo); el mundo se volvió gay (a Dios gracias) y todo está diseñado para esa
nueva moda adventista: la ropa, la música, la comida (o me van a decir que la
moda “light” no tiene un toque rosée?); nuestros niños ven a Justin Biber,
nuestros amigos ahora quieren ser mujeres, las mujeres quieren ser hombres, los
niños quieren ser adultos y los adultos quieren ser nuevamente niños… El mundo
se despelotó! Dónde quedó mi hermoso Status Quo?
Ahora los hetero somos señalados con el dedo, somos marcados
con una letra escarlata y somos la “anormalidad” del lugar; somos sucios (solo
porque no nos echamos 20 cremas hidratantes), somos feos (solo porque no nos
hacemos el manicure cada 3 días) y no nos arreglamos (solo porque no vestimos delicadas
prendas transparentes, ajustadas o nos peinamos con cortes puntuditos); pronto
seremos también perseguidos y no nos quedará más remedio que escapar hacia el
oriente medio o disfrazarnos en la calle y aparentar ser “del otro bando”.
Es que a veces me siento sucio pensando en que no soy gay,
que no venden ya cosas para mí, que todo está dirigido hacia un público más
selecto, con mayores ingresos y con mejores formas de endeudarse… a veces me
levanto con ganas de depilarme a ver qué es lo que se siente, si es tan chévere
y por eso ha ganado ese acto tantos seguidores.
Le echo la culpa a eso de no atreverme a otros gustos a mi
infancia, a mis padres, malditos padres normales (si yo sé), que en su hermosa
relación heterosexual me marcaron para siempre (escribo esta parte con lágrimas
en los ojos); que con su amor sucio entre hombre y mujer propiciaron que soñara
con tener una esposa, con casarme y al menos besar a una mujer y hacerla feliz…
Es una maldición, una cruz (de navajas) que tendré que cargar por el resto de
mi existencia. Por culpa de mi padre es que ahora soy así de hombre, así de
macho y no encajo en esta sociedad inclusiva, democrática y participativa; por
culpa de mi madre es que ahora me gustan las mujeres y quisiera tener a mi lado
a alguna como ella para amarla y respetarla (bueno, no tan parecida pero el
hecho es el mismo). No puedo creer que con más de 31 años de feliz matrimonio
me hayan vendido la falsa idea del amor entre hombres y mujeres y de la vida
conyugal hasta que la muerte los separe (agita fuerte el brazo hijo!); por
culpa de ellos es que soy heterosexual, igual que mi pobre hermana… Qué mal nos educaron para este mundo
civilizado! Aura, Oscar, Margarita y demás, cómo nos hicieron eso, qué mal
hicieron en no prepararnos para este mundo abierto y pan sexual!
Maldigo al juego del “papá y la mamá” que me tocó jugar
cuando era pequeño (bueno más pequeño), en el cual me metieron en la cabeza
(que bueno que solo fue en la cabeza) que en una relación debía haber un hombre
y una mujer. Denuncio formalmente a mis tías, que me metieron en la psique eso
de “buscar a alguna mujer para amar”, en vez de haberme metido el “amar a
cualquier hombre o mujer” en mis más ulteriores pensamientos; alzo mi voz
contra mis tíos que andaban enamorando a toda mujer que se les atravesara,
enamorándolas con sus guitarras y sus
palabras dulces, elegantes, por no haberme enseñado también a enamorar a
cualquier hombre que se me atraviese.
Incluso maldigo a mi naturaleza, esa evolución extraña, ese
caminar desde el homo erectus (quién les pone los nombres de por Dios) hasta el
homo sapiens, que me dejó solo con ganas evolutivas de mujeres, con solo las
ganas de fijarme en las féminas en vez de haberme dotado con capacidades de
amar las barbas, los bigotes y el pelo en pecho (aunque me contaron que hay
mujeres que también lo lucen… el bigote no…), de buscar unos brazos fuertes y
firmes, de amar a un hombre y poder caminar de su mano en un hermoso atardecer
(awww, me ericé…); de derretirme por un italiano, de desear a un atorrante
argentino, de soñar con que me hable al oído un francés, de que me saque de la
olla un gringo(¡inserte mirada punzante aquí!)… si fuera tan fácil para los
hombres como lo es para las mujeres besarse entre congéneres e incluso
acostarse entre ellas sin recibir reproches, hasta lo habría pensado… pero
bueno, esa es otra maldición de haber nacido con esos malos caracteres
genéticos, con ese XY al final de cada célula.
Es horrible diría yo, inconcebible, el que me gusten las
mujeres en este mundo pre-apocalíptico, mundo donde Ricky Martin y otros,
prohombres que parecen casi esculpidos, se vayan a amarse entre ellos, mientras
existen mujeres que trasnochan… Cómo es que no me gustan los hombres? No lo sé,
Cómo es que me enamoro cada vez que veo en la pantalla a Mila Kunis o a
Scarlett Johansson (es que son unos bomboncitos!)? Es evidente que algo en mi
naturaleza no se acopla con el mundo actual, a este mundo de mentes y cuerpos
abiertos a la experimentación…
Pero bueno, tendré que contener mis odios y reproches y solo
salir a la calle, algún día, así sea solo con una pancarta a marchar por el
centro de la ciudad gritando, sin deshonra ni vergüenza esas frases no tan
acartonadas que inician mi texto: “Salgo del Clóset, Soy Heterosexual y qué!”
Espero no ser repelido por alguna fuerza antimotines o peor
aún, por alguien “normal”, que me diga que no es normal eso de ser hetero…
Porque ahora es como lo dijo sabiamente la reina de Colombia: Hombre con hombre, mujer
con mujer y viceversa!
Aunque quién sabe, como dijo un amigo: “De qué nos estaremos
perdiendo… por maricas” o como dijo Woody Allen “La bisexualidad duplica tus
oportunidades de tener una cita el sábado por la noche”
Boys..
Behind closed doors and under stars
Girls.. It doesn't matter where you are
Boys.. Collecting jewels that catch your eye
Girls.. Don't let a soul mate pass you by
Girls.. It doesn't matter where you are
Boys.. Collecting jewels that catch your eye
Girls.. Don't let a soul mate pass you by
-
Androgyny,
Garbage.
Ser o no ser, esa es la cuestión!
P.D.: Todos los que me conocen saben que hay una frase que
me caracteriza: primero calvo que con trenzas.
P.D.2.: Aunque, dentro del infortunio de vivir en la
sociedad pendular, hay que ver el lado positivo: si tantos hombres se
convierten al nuevo catecismo de amar a su mismo género, dentro de lo que
llamamos probabilidades, éstas aumentan hacia el lado del éxito con el sexo
contrario debido a la menor competencia… Siempre hay que ver el vaso medio
lleno! El problema es cuando las mujeres también vacilan en ese mismo péndulo
sin pita… ahí si como dicen, apaguen y vámonos, porque no fuimos más señoras y
señores.
SOMOS DE GENES XY, si con mayusculas. Una obra de ficcion dice en uno de sus capitulos interesantes: al final de los tiempos, las mujeres perseguiran a los hombres, ellas querran ser hombres, los hombres ser mujeres. Pero siempre habremos los inadaptados: LOS HOMBRES. Seremos pocos, feos, cansones, pero FELICES, si felices, algo que no tienen y andan buscando los que cambian de equipo.
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