Tuesday 30 October 2012

Suavemente matoneame!

“El que ja-ja último, ja-ja mejor”

Ahora solo se habla de eso en las escuelas de la escueta Colombia: del matoneo. Matoneo por aquí, matoneo por allá, por arriba, por abajo, angelito sin pecado (ay, se me metió Ricky de nuevo). Es la nueva moda, más que los emo o los Bonice (o como dicen los vendedores: Bonai Bonai); cualquier cosa ahora es matoneo, si los miran mal, si los muerden, si los dejan encerrados en un baúl todo el día, si los apuñalan, etc.

En fin, esa es la moda aunque incomode, esas escuelas ahora tienen todo solucionado para sus problemas de convivencia y no dudan un solo instante en utilizar esa palabreja tan compleja. Pero debo aclararos pequeños gigantes de la educación que la palabra “matoneo” y sus derivados no existen en la lengua española; nunca podré conjugar ese verbo porque no existe mis docentes amigos de la pizarra y de la tiza, nunca podré decir: yo matoneo, tu matoneas, el matonea, nosotros matoneamos,  vosotros matoneáis, ellos matonean, etc. No es un verbo ni una palabra, por favor no hagan más uso de ese vocablo así como no deben utilizar la arroba para la igualdad de géneros. Aunque no solo son los profesores debo admitir los causantes de esos dolores de cabeza lingüísticos, también mis amigos los comunicadores sociales, quienes son unas maravillas para “parrandearse” el idioma con sus vocablos rebuscados o mal traducidos del inglés, sus malas acepciones y sus horribles conjugaciones, hacen gala de atrocidades literarias. Eso de decir "n mil veces" es una asquerosidad gramatical debo aclararles, no existe… o se dice “n veces”, que supone que un número es demasiado grande para ser cuantificado, o se dice “mil veces”, que es un número bastante grande en algunos aspectos, por ejemplo: es muy poco decir “tengo mil pesos” ya que esa cantidad de dinero es más que ridícula (no sirve más que para unos cinco Tumix), pero es bastante alto para decir “me hecho mil polvos en una noche”… si ven ,es relativo, pero no se deben mezclar.

Pero la charla interactiva de este momento (digo interactiva porque estoy navegando por internet activamente) no son los gazapos de carácter monumental de algunos señores y señoras, sino acerca del “Bulling”. La palabra no tiene traducción directa hasta el momento (como “menage a trois”) pero se puede reemplazar fácilmente por “intimidación” o alguno de sus sinónimos.

Pero algunos seres creen que eso es nuevo y que acaba de llegar a Colombia por contravía visual a través de los seriados o películas de la Norteamérica yankee; pero no! Como dicen los abuelos, en mis tiempos ya existía eso, toda la vida ha existido. No es más que un reflejo de lo que somos como humanos y de los tipos de sociedades jerárquicas que debemos crear en cualquier ambiente que se nos atraviese. Desde tiempos inmemorables unos han estado al servicio de otros que detentan el poder, ya sea por la fuerza o por las malas, pero siempre ha existido ese “status quo” dentro de las escuelas.
También recuerdo una gran frase que dice “para que haya victimario, debe haber quién funja de víctima”. Sé que es medio fascista la frase, sobre todo cuando las situaciones o personajes salen de lo escolar y entran a lo mundano, pero encierra una verdad tan grande como una casa (más grandes que las que planea hacer Santos), en donde se describe que en todo lugar hay quienes por la fuerza se imponen sobre los demás, sobre aquellos que son menos agraciados.

Recuerdo que en mis tiempos (no hacer cuentas por favor) ya existía eso… algunos eran perseguidos por su graciosa vestimenta, su particular forma de hablar o simplemente por “maricas”, mientras otros (gente sin escrúpulos), hacían mofa de esos bellos seres que nos causaron tantas alegrías a través de toda nuestra vida estudiantil. Y eso no los hace menos o más gente ni a los unos ni a los otros; conozco muchos casos en los que algunos de los que tenían por profesión ser “matoneados” (si ven cuán fea es la palabra) ahora son personas bastante importantes en el mundo real: personas completas y realizadas tanto personal como profesionalmente, sin que se anden cortando las venas o dejándoselas largas. Y obviamente también sé de personas que cometían los atropellos contra los demás que en este momento no tienen una buena vida.

Es la razón de ser del humano, no le busquen más “maricadas”; obvio que hay que llevar una vida más apacible y tolerante en las escuelas (y en la 19 también), pero eso no es el fin del mundo, no es una cosa alarmante, siempre y cuando esté en sus justas proporciones  (como Belisario: hay que llevar la corrupción a sus justas proporciones).

Pero como ahora todo traumatiza a los niños, a esos señoritos que reinan sobre sus padres y sobre sus maestros, a quienes no se los puede ver ligeramente mal porque lo demandan a uno, se traumatizan por todo. Que los miran, que no los miran, que el movimiento Mira… todo les revuelve las tripas y los vuelve un manojo de nervios (que serán acallados por algún Nintendo Wii).

Por eso mi propuesta, aparte del desuso (no hablo de Suso el Paspi, aunque también quiero eliminarlo por la salud mental del pueblo colombiano) de esa palabrita medio cretina y medio pendeja, es que a los niños los tienen que educar pero en defensa personal, y sobre todo, aceptar que siempre, pero siempre, habrán abusones y abusados, que esa es la naturaleza misma de la sociedad humana, y que dejen de hacer tanto escandalito por cuanta puñalada o desmembrada por parte de un colegial se cometa en algún claustro educativo. No digo ni público ni privado, ya que en las dos partes existe.

Además, dejemos de ver a los niños como santas palomas inmaculadas, que yo también fui niño (no hacer la cuenta ya dije) y sé que son crueles (bastante), mezquinos, envidiosos (mami, yo también quiero de esas letras), manipuladores y odiosos. Es hora ya de corregir los problemas como se merece: con “juete” venteado para que aprendan a respetar a sus mayores y para que aprendan de una vez por todas que la vida no es fácil.

Claro que llegarán los desocupados del ICBF para tratar a los niños como personajes ungidos de misticismo y como ajustadores de partidas presupuestales y estadísticas, para “raptarlos” de sus hogares. Obvio que hay casos en los cuales ameritan esas medidas, pero en la mayoría solo sirve para romper el vínculo entre la familia y el infante, además de servir como elemento re programador de las mentes de los niños para que afirmen cualquier brutalidad contra sus padres o tutores.

Algunos ahora me tratarán de salvaje (sobre todo las madres), pero no es más que la purísima verdad; a mí me dieron juete (bastante) por cansón, pero no estoy traumatizado (tanto), no ando haciendo escándalo por ello ni demandando a mis padres (aunque, como están las cosas, debería no?) y no tengo problemas mentales serios (algo de esquizofrenia con ira narcisista involuntaria como mi amigo Jim Carrey encarnando a Hank Evans).

Así que por favor dejen de mojar páginas y artículos, y no me hagan escribir más acerca de esto, que por eso es que los niños ahora se creen los dueños del mundo; pero me pregunto yo, si son los dueños del mundo, por qué no se pagan sus cosas ellos mismos a ver cómo les va?

Que aprendan a respetar y a respetar a sus matones, que sino, cómo hubiese comido gratis durante tantos años en el colegio?

Pata: Que conste que el artículo está escrito en la delgada línea del sarcasmo y la crítica, espero no se vengan avalanchas en lanchas por mis comentarios. Añado, es obvio que hay que cultivar los valores de la tolerancia, pero tampoco hacer de ello una locura total solo porque ese país se educa con “La Rosa de Guadalupe”.

Patona: Para aquellos que conocen mi contextura les será claro que mi poco abuso contra los demás no era de manera física, era más bien emocional y oculta, pero efectiva. Y eso no me hace ni más ni menos, de hecho, tengo ganas de disculparme con algunos individuos que fueron víctimas de mis “críticas constructivas”, pero no tengo ni sus correos ni sus cuentas de Facebook para desagraviarlos por mis mofas de fina coquetería.

Pié mocho: Estos sutes, guaguas, chibolos, críos, están faltos de golpes y regaños, porque ahora se creen con el derecho de mangonear a cuanto individuo se les atraviese, so amenaza de demandar ante el estado y ante esos mentecatos del ICBF para embargar, si oyó bien, embargar sueldos de padres o adultos responsables.

Tuesday 16 October 2012

El Sancocho de la Salvación



"Ella es la representante de ventas chinas"


 En estos días he estado retirado de estos espacios virtuales debido a que ya estaba un poco cansado de tanto escribir acerca de las noticias, así que me tomé un debido tiempo para leer y re-leer algunos libros (lastimosamente solo de forma digital)… por cierto, qué bien merecido el Nobel de Literatura que le otorgaron al “Kafka chino”, Mo Yan. Pero ahora, después de ese paseo alucinatorio por toda la literatura que me gusta, vuelvo más recargado que nunca.

La modernidad nos acribilla cada día, con nuevos inventos, fabulosas creaciones y descubrimientos cada vez más inverosímiles. Tenemos Estación Espacial (bueno, los ricos del planeta la tienen), redes inalámbricas, telescopio espacial, medicina y genética avanzada, conectividad en la palma de la mano, etc.
Aunque también esta época tiene un aspecto más surrealista, más extraño que la ficción; tiene ciertas personas y conceptos que más allá de lograr explicaciones concretas a los problemas de cada día, nos hunden más en la ignorancia o en el despropósito.

Aclaro: no voy a discutir acerca del alma, ni de dioses ni de energías psicodélicas que inventan cada día, porque ese es un tema sensible, pero me gustaría desglosar un poco toda esa nueva vertiente de conocimientos actuales que son renombrados de forma fácil como “ancestrales”, para así no solo calmar cualquier dolencia que se presente, sino también para comercializar toda ridiculez que se les ocurra poner a los comerciantes con algún rebuscado nombre chino.

No puedo negar que nuestros antepasados sabían muchas cosas, como fajar a los niños cuando sufrían de dolencias estomacales, hacer infusiones con yerbas y plantas diversas para calmar cólicos o atender las necesidades de algún enfermo, es más, yo mismo soy seguidor del agua de caléndula que me ayudó después de alguna intervención quirúrgica; pero que de ahí a que en una poción de prepucio de pipí de jabalí esté la solución a los problemas eréctiles de algún individuo, me parece más que absurdo.

Es que realmente estamos regresando, dando una vuelta de 180 grados, y digo 180 porque estamos retrocediendo al oscurantismo y a la edad media, cuando se necesitaban esas pócimas no solo como una forma de cohesión familiar, sino como un reflejo de la ignorancia acerca de lo que es la verdadera ciencia; solo nos falta ahora empezar a juntar en un caldero ojos de sapo y patas de rana culeca.

Ahora cualquier enfermedad, sea una gripa, un mal de amores o un cáncer terminal pueden ser tratados con cualquier menjurje, cualquier pócima que a un costo mayor del que se presume al principio (evidentemente) promete aliviar nuestras penas y nuestros dolores; se recurre a los argumentos más inverosímiles, desde que en la isla de Samoa existe una planta que no se la comen los insectos (así será de sabrosa) hasta que en el pelo púbico crujiente de un saltamontes mutante habita el secreto de la vida eterna.

Qué es eso por dios, por Belcebú o por Kafka! Ahora todo tiene solución en algún té chino del doctor Ming (así no se llamaba el enemigo de Mandrake?), todo es posible gracias a la infusión de brebajes y a la manipulación de la habichuela. Es increíble que alguien se ponga a sacar semejantes cuentos y a realizar esas menudas mezclas, pero es más increíble aún que alguna gente crea ciegamente en todo eso, en toda pendejada que les vendan en un infomercial como la cura milagrosa, como una cura para todos los males de la humanidad.

Pero lo ridículo y absurdo no termina ahí; a pesar de todo lo que ven y usan todos los días, como la aspirina, el ibuprofeno (el preferido de los médicos del seguro)y de otras cosas farmacéuticas, reniegan y vociferan contra ellas: debo aclarar que sé que no son ningunas peritas en dulce los señores de Pfizer y toda esa carrangada de avariciosos, pero tampoco se puede negar que han creado, inventado o expropiado muchas buenas medicinas, o sino pregúntenle a algún hombre con disfunción eréctil que encontró la solución a sus plegarias dentro de una pastilla azul. Aún después de entregarles cualquier argumento, seguirán creyendo en las matas de la verdad, porque Dios hizo todo en beneficio del hombre (como la malaria, la tifoidea o el raquitismo que sufrimos porque no podemos sintetizar la vitamina C) y de ahí la creencia de que todo en la naturaleza tiene un sentido; creen y se comen ese cuento día tras día, ese Sancocho Místico de la Salvación que está sazonado con la ignorancia colectiva de creer en cualquier alucinación absurda de algún oriental quebrado.

Claro que de investigaciones ridículas también está plagada la ciencia de verdad (no la astrología mi amigo amante de los horóscopos), pero creer que el elixir de la vida eterna está en los gametos seminales del pato ya es un absurdo de proporciones bíblicas, de realismo mágico me atrevería a decir. Y eso demuestra de manera inconfundible que Macondo no solo vive en Colombia, sino en todo ser que luche por entender el universo a través de una flor de canela y de muchas, pero muchas velas blancas.

Así que ahora encuentro un nuevo camino en mi vida, una nueva salvación (sobretodo económica): mezclaré caspa de rata, cuero de alas de colibrí (así sea Colybritany), uñas de ornitorrinco salvaje, mocos de caribú y adobo de testículos de curí virgen para venderlos en una oferta televisiva (esta oferta no la encontrará en tiendas) y decir que es la cura para todos los males (como los culebreros), y voy a explicar el porqué de cada elemento: caspa de rata, pues es evidente, no han visto en dónde anda metida la rata y que aun así siguen reproduciéndose y produciendo sudores? Qué mayor concentración de ese poder que la caspa del animal. Alas de colibrí porque poseen un elemento determinante para moverse a una velocidad impresionante que le ayudará en sus quehaceres diarios. Las uñas del ornitorrinco tienen la capacidad de crecer en un animal mixto que nos demuestra la fusión que tiene la naturaleza en sus sabiduría al crear esta mezcla de pato con pez. Mocos de caribú porque siguen sobreviviendo a pesar del frío de la tundra, proporcionándole al cliente una barrera natural contra el resfriado y la gripa. Y finalmente el adobo de testículos de curí es para la potencia sexual, no se han dado cuenta que siempre dicen “están cogiendo como curíes”?

Así pues contrataré a algún chino que me pose para la foto y salga flamante con sus ojos milenariamente rasgados en la caja de lo que llamaré “El Sancocho Místico de la Salvación”, que no se vende en tiendas sino por el 01 8000 ACMUPT. Incluso hasta ya tengo el nombre en chino para que todo el mundo me crea (bendito traductor de Google): 神秘的救

Si no me creen, copien y peguen el texto para que se impresionen. Y de paso llamen ahora, las líneas están abiertas!

Tuesday 2 October 2012

Extraño a Manizales.


"La foto la tomé 'prestada' de un amigo"


 En mi vida he recorrido muchos lugares de la geografía colombiana, he paseado por Colombia desde el sur del país, desde la frontera con el Ecuador hasta el triunvirato de poblaciones costeras del atlántico. Mea culpa por los lugares que no he conocido por desidia o por pereza, o por haber andado de comprometido.

Descubrí mucho del paisaje de ese país del Sagrado Corazón de Jesús y del sangrante corazón de Uribe: las montañas inexpugnables del Cauca que hacen del pasear por su territorio tortuosa labor, las montañas de arrieros del viejo Caldas, las planicies de mi tierra bonita, mi tierra preciosa mi Valle del Cauca, el Valle de Lilí dominando el plan (léase ay mi Cali), la ciudad sorpresa llena de asaderos que se llaman Pollo Sorpresa, o sea San Juan de Pasto y hasta la Bogotá positiva abundante en falsos positivos y casas de lenocinio.

Claro que me faltan lugares para describir, como todos los pueblitos que conoce uno en sus viajes por tierra que son de tiempo indefinido ya que siempre hay un derrumbe, protesta o pesca milagrosa que lo sorprende a uno cuando vive Colombia y viaja por ella; me falta evidentemente Medellín, esa bella ciudad adornada de mujeres aún más hermosas y las capitales de la costa, Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, que son tres perlas que brotaron en la arena, que son un muy buen “paseadero” para los cachacos con medias y sandalias.

Pero no puedo olvidar a un lugar en el que pasé mucho tiempo de mi vida y que me marcó para siempre en mis relaciones y en mis convivencias, y no hablo del alto de Letras en el cual uno siempre se quedaba atascado por algún robo o derrumbe, no señor! Hablo obviamente de la ciudad de las puertas abiertas, de la educada Manizales del Alma.

Creo en tus montañas y en sus laderas, gente que traspasa y rompe barreras, en tu juventud de horizontes sin límites, creo en tu presente y en tu pasado, creo en el futuro de tus encantos, en la magia de un pueblo que cree en el amor, creo en ti, gente que respeta la paz, creo en ti, tierra donde el sol brilla más, creo en ti, mi Manizales del Alma.

Ah, es que como olvidar a esa tierra donde todo queda a 4 cuadras de la casa, dos subiendo y dos bajando, esa tierra que me recibió hace muchos años con los Productos San Francisco, en los cuales encontraba el sabor del auténtico trigo, porque San Francisco te prepara un exquisito pan, con excelente presentación e higiene al empacar, San Francisco, el deleite familiar (sí todos los días me levantaban con esa bendita cuña!).

Claro que esas dos cuñas siempre tenían algunas triquiñuelas bajo la manga, por ejemplo que Manizales tiene nube propia y por eso nunca pude comprobar a ver si era la tierra donde el sol brilla más, o que la presentación de los productos San Francisco no tenían mucha higiene al desempacar.

Pero es así, extraño a ese lugar que me enseñó mucho de lo que sé hoy, como que no hay que pasar por los pocos puentes peatonales así sea de día, que es mejor estar en el “tontódromo” que en la casa, que la vida estudiantil es de lo más sabrosa y que uno siempre llega a buscar a los mismos con las mismas en todas partes. También aprendí que El Cable puede ser un punto totalmente válido de referencia para ubicar cualquier lugar de la ciudad ("usted ve el Cable? Por ahí no queda la Sultana).

Extraño también a mis amigos, a los pocos verdaderos amigos que tuve en esa ciudad, amigos que alcanzo a contar con una sola mano pero que me dieron la mano en todo momento en el que lo necesité… obvio que de gente chismosa y mal intencionada está llena el mundo y esta ciudad no es la excepción, pero cuando me fui y cada vez que lo recuerdo ya no queda nada de esas memorias, simplemente lo bueno permanece.

Y también acá debo reconocerlo a viva voz, que esa fue la ciudad donde conocí el amor, ese amor de mi vida que siempre será una herida abierta, que fue un amor a primera vista y sin delaciones, sin dudas ni despropósitos, un amor verdadero que ofrecí sin restricciones y que hasta ahora no he podido sanar de mi corazón, ese amor que solo se consigue una vez y que deja un hondo vacío cuando su ausencia es lo único que nos queda, cuando el abandono es la única reminiscencia de ese otrora floreciente sentimiento… Es que es una verdad ineludible que el amor que profesé por 101 Perros (guau guau, el perro más perro de la ciudad) y por sus hamburguesas que vendían en la 51 nunca podrá ser reemplazado, su sabor era único y mi fidelidad era inconmensurable… Ah, como extraño esas hamburguesas tradicionales y paisas que tanto me fascinaban.

De hecho, muchos de mis amigos de Manizales siempre que me encuentran, así sea por vía electrónica, me recuerdan por ese amor incondicional a ese lugarejo de comida rápida que saciaba mi apetito voraz y me pereza por cocinar. 

Pero también me hace falta algo más en mi vida que conocí en esas faldas manizaleñas, como los almuerzos en puerto mugre (alias Residencias Gabriel Soto Bayona), en las cuales por devaluados dos mil pesos y un guiño a la señora que atendía uno se llevaba el almuerzo completo y hasta con chorizo suplementario.

Me faltan sus calentados y su pasión por el chocolate al desayuno (paradójico al ser una zona tan cafetera), sus arepas de tantos estilos, sus bandejas paisas de proporciones bíblicas como las que vendían en el restaurante “El Paisa” que quedaba al frente del antiguo terminal de transportes, me falta llegar en avión al aeropuerto y tener que hacer una aproximación dantesca para esquivar el morro de San Cancio y poder escuchar al piloto diciendo “a su derecha podrán observar el cementerio de la ciudad donde aterrizaremos si esta niebla no se disipa” o la sinuosa vía llamada Kevin Ángel.

No puedo tampoco olvidar a sus buseteros suicidas bajando a toda velocidad por las pendientes de Fátima al son de Tropicana Estéreo y escuchando con toda fiereza los vallenatos de sucia envergadura como “El Osito Dormilón” u otras perlas sacadas de los chiches o los pechiches vallenatos. Bajar a la Francia era otra experiencia así como lo era subir a comer helado a Chipre o acompañar hasta la Carola o hasta Aranjuez a algunos amigos.

Me dicen que ahora anda más arreglada que nunca, más esbelta que siempre con nuevas obras de infraestructura que desconozco, ya que por limitaciones de toda índole, no he vuelto en muchos años a ver qué ha pasado con esa ciudad que me ofreció lo mejor para formarme, sobre todo en civismo y en arepas. 
Ah, y formarme en Música para soñar despiertos por Veracruz Internacional, solo éxitos, con sus dedicatorias un poco salidas de contexto pero que siempre divertían. También debo decir que cumplió una hercúlea labor para mostrarme ese saber milenario que reza que la coca no solo es la droga que se consume de forma alarmante en esta Norteamérica, sino el recipiente donde se pone el agua u otro líquido… o que me enseñó también ese saber de qué es parva cuando uno va a la tienda a comprarla.

Ay mi Manizales del Alma!

P.D.: Otra cosa que espero remediar más temprano que tarde es que nunca pude estar en una feria de esa ciudad… porque aunque desapruebo por completo la lidia de toros que es el punto central de la reunión de la ciudad en Enero, hay que conocer lo que sus toldos y toldillos tienen para ofrecer en esos días de furrusca.

P.D.2.: También extraño a esa parranda de mechudos que se instalaban en la gotera a oler todas sus deliciosas yerbas, a esos personajes que no hacían más que alegrarse con toda mata a su paso… ah, y además extraño a ese  montón de vagos sin oficio ni beneficio que se la pasaban haciendo mítines y pendejadas revolucionarias para no estudiar y andar haciendo canelazos con los primíparos, sobre todo a ese “vagazo” que le llamaban Fulanito, que hasta representante de la Nacional fue y después, como 10 años después, lo encontraron en la Universidad de Caldas estudiando no sé qué carajos… qué será de la vida de ese redondeado e inútil personaje?