Saturday 28 April 2012

El balie de los que sobran


"No chifles más, hijo de pájaro!"

Se ventilan muchas cosas acaloradas en mi república de los bananos y de las mujeres de moral dudosa y útero goloso (lo digo por las prepago del Servicio Secreto para que no se me ofendan otras), de la Areparina y el cuchuco: los carruseles de todo tipo, las mordidas, la corrupción, el fiscal, las cortes, mijo Colmenares, las arpías del susodicho caso, los alaridos de Uribe, la ineptitud de las instituciones, el caballero Juan Manuel, etc. (y creen algunos que no hay tema para abordar).

Cada día hay una nueva noticia que sacude al país (sacúdelo que tiene arena), sobre todo con la moral que manejan las altas esferas del poder, amañadas en su devenir diario de robos y apropiaciones legales. Siempre que leo el periódico o alguna revista me doy cuenta que los escándalos son el común de esa nación soberana en donde el gobierno solo existe para cobrar impuestos y para dar bala, no para dar salud ni educación.

Pero hoy debo admitir que hay noticias que ya me tienen “mamado”, que me tienen hasta la coronilla con su repetidera diaria, con su insistencia sin consistencia, con su baboso proceder y con su intenso actuar: las noticias de Uribe y su constante "trinar", cosa que hace a menudo como todo hijo de pájaro que se respete.

Es que a este señor no le queda más tiempo en su vida que joder la de los demás? solo anda vociferando por todas partes de cuanto tema se le atraviese, que si estuvo bien, que si estuvo mal algo, que si no estuvo, que si el tubo tuvo la culpa; Ah no compadre, que tipo tan cansón ole! Solo se dedica a ladrar cualquier argumento mal hecho en todo momento para figurar en alguna parte, para aparecer al menos en Twitter, para seguir soñando en sus actos comunales.

Veo con tristeza que el hambre de poder de Álvaro no tiene límites, que busca por todos los medios hacerse notar, no importa del tópico, no importa la hora ni la oportunidad; como dijo alguien “es que a Álvaro le cabe el país en la cabeza”; parece que sus goticas de valeriana no le sirven para mantener la calma y la compostura, el decoro del que debe darse gala ahora que ya es del pasado; parece que su ambición desmedida solo es ahora oída por su cuenta en ese medio electrónico y por uno que otro mentecato que cree aún en sus políticas latifundistas y mercenarias, alguien que aún se lucra de sus decisiones o que está a punto de caer por culpa de las cortes que ahora les siguen las pistas y pisan callos uribistas.

Debe ser que como todos sus cofrades, camaradas y cómplices andan escondidos, ya sea en una celda como mi pincher (nota: no debieron mejor haberlo mandado a la perrera?) o en alguna selva Americana como el ex comisionado de paz, ahora debe hacer sus llamados a las armas por medios no convencionales; debe ser que por su falta de parapsicólogo en el palacio ya no tiene como comunicarse con sus compinches de manera sutil y escondida, o por tabla Ouija (Job, estás presente entre nosotros?).

Yo le pido, le suplico, le imploro que por favor deje en paz a los colombianos, que nos deje dormir tranquilos, que no sea tan “boleta” de andar jodiendo cada 2 minutos a Patricia Janiot (carajo, ese arriero si es monotemático) respondiendo cada “bobadita” que dice su muñeco de papel que ahora tiene vida propia y se apropió de su circo con su aguzada mirada de Sharpei.

Opino humildemente que debe volver a sus tierras, a sus hatos que bastante tiempo, sudor, lágrimas y sobre todo sangre le ha costado obtener, esa sangre que viene ya sea la de su santo padre asesinado por ser un pájaro (o un avión? No sé la idea es la misma) o por la de los campesinos desaparecidos en las cercanías de sus arados y reses. Que vuelva a su apostolado que tanto le gusta, figurando en guacharacas y guachernas, que vaya y descanse un poco que ya en verdad está sabiendo a cacho por esa manía de comentar acerca de todo a través de su celular.

Álvaro, me atrevo a tratarte de tú porque te estimo: vuelve a los lugares del encanto y del ensueño, vuelve a esos lugares que te hicieron grande el corazón y fuerte el pulso armado; vuelve a la finca ya antes mencionada para que sigas en tus cacerías, en tus safaris a los que te acompaña tu hermano y otros apóstoles en donde practican la caza de antílopes, conejos y campesinos; vuelve a tu Aerocivil, en donde tantos amigos tenías y seguramente conservas, aunque al menos te aconsejo que ahora no los niegues vilmente después de que te presten su helicóptero privado; vuelve a tu gobernación de Antioquia, a seguir vislumbrando al Valle de Aburrá como una zona de orden público bajo tu fuerte talante de estadista pueblerino y tus ejércitos de las sombras, de las oficinas de Envigado.

Busca otras actividades lúdicas: comparte con tus amigos y vecinos, convive con esos buenos muchachos que amas y respetas tanto, aquellos a los cuales les has provisto todo tipo de ayudas para sus no tan santos oficios; vuelve a hablarte con tus lugartenientes en la costa, háblales nuevamente y comparte con ellos risas y bebidas para recordar cómo es que se cuentan los votos que se escrutan en las urnas; ronronea junto con tu gata que tantas alegrías te dio antes de que se postrara en cama debido a su tristeza penal.

Si ya no quieres aguantar calor, pues ve y visita a tu desagraviado Rito Alejo, que bastante falta le hace un amigo (porque un amigo es una luz, brillando en la oscuridad) en esas oscuras y lúgubres habitaciones campestres en las que la chusma izquierdosa lo ha mandado; reconforta a tu iluminado hijo putativo, a ese pequeño cachorro que antes era tu reingreso seguro al poder, acompáñalo por favor en este momento de padecimiento y soledad, ve y dile a Andrés Felipe nuevamente que es tu versión mejorada (Álvaro 2.0) y dile que pronto volverá a algún ministerio para repartir recursos del estado, porque el estado es de todos y para todos (todos tus amigos).

Llama o twitea a tus amigos de francachela para jugar bridge, llama ahora a Fernando Londoño para que con su iluminada prosa anime el jolgorio, llama a Obdulio para que gane impúdicamente con todas sus cartas bajo la manga y con su aguda astucia que proviene de su acentuada lumbrera cenital (dije cenital, no genital señor, no quiero referirme a los huevos que le estrellaron alguna vez); viajen con todos los gastos pagos, como siempre lo han hecho, a algún lugar de tu gran país que quisiste reconstruir para ofrecerles un tintico y mostrarles los dotes que posees de semental y de domador de bestias (sino que lo diga Yidis).

Sé que te gustaría llamar a algunos de aquellos que se hacían llamar tus escuderos, esos políticos que ahora se han pasado al otro bando (les tienes que dar en la cara por maricas), pero esos seres de maleficencia solo se alían con el que gane, y tú, mi amigo querido, vas cuesta abajo, así que opino que a ellos deberás sacarlos de la lista de invitados para tu bridge bailable con galleta bridge.

Por favor, en verdad os pido, por favor, consigue un hobbie diferente a estar tecleando en el ciberespacio, que eso no te queda bien; lo tuyo son las reuniones de alta sociedad con sombrero y ruana, o aquellas reuniones a puertas cerradas y de entrada por el sótano.

Arma ya una furrusca monumental, con licor, guaro, mujeres de la vida buena y coman bastante, disfruta (ahora que no te ha llegado aún la hora) y mata una lechona (no me refiero a la coneja ni a Yidis por favor); pon tu música favorita y descansa, descansa de esa hambre de poder que te tiene loco, que te quema a fuego lento a fuego añejo… disfruta con los 50 de Railito y ya cuando quieras que se acabe el ágape, pon a sonar a la Sonora Matancera (o balacera que tú conoces tan bien) y la canción de Los Prisioneros para rematar con su frase que te calza, que te cae como pedrada en ojo tuerto: El Baile de los que Sobran.

“Únanse al Baile, de los que sobran, nadie los va a echar de más, nadie los quiso ayudar de verdad!”

P.D: Escribiendo esta breve reseña me acabo de dar cuenta que el señor de las sombras no tiene ni historia ni pasado, tiene es un prontuario de extensas proporciones. Esperemos humildemente que algunas de estas mencionadas “bobaditas” pongan fin de una vez por todas a su impunidad tejida en un mar de lágrimas y de gente “en átomos volando”, gente que como Ricaurte dijo “deber antes que vida”.

P.D.2.: Una frase de la parte superior de este bobo artículo es sacada de uno de los más grandes críticos políticos de Colombia, a quien admiro, estimo y que, más aún, extraño demasiado en estos momentos de zozobra, alguien que fue capaz de ver más allá de las cortinas y de las bambalinas y retratar con humor y cinismo el país que tenemos, las tenebrosas mafias que lo manejan y la excesiva docilidad de sus habitantes; paz en su tumba a Jaime Hernando Garzón Forero (24 de Octubre de 1960 – 13 de Agosto de 1999); gracias por enseñarnos el verdadero valor de decir la verdad con sátira y gracia, de no acallarnos ni amilanarnos ante las amenazas ni las intrigas… Y espero que aquellos que lloraron con lágrimas de cocodrilo el día de su muerte no aplaudan ahora a su asesino. Sigues siendo aún uno de mis héroes! Porque los héroes en Colombia si existen, aunque cuando hablen los mate el D.A.S. o la Sijin.

Wednesday 25 April 2012

Una mentira para mi princesa o para la señorita de la barra…


“Cuántos daños has hecho Disney Club!”

Es una vida solitaria la que nos toca vivir, la que nos tenemos que aguantar, la que tenemos que soportar en esta existencia fría y cruel, rodeados de personas que no nos comprenden y menos nos aguantan, que son un mundo aparte y que jamás compaginarán con nuestros pensamientos y sentimientos (entrando en modo emo).

Es que encontrar al alma gemela es una tarea titánica, estoica, de proporciones bíblicas, una tarea que tal vez ni el mismo Perseo, Teseo u otros “eos” pueda superar; no es fácil vencer barreras entre seres humanos, encontrar sus gustos, sus debilidades y finalmente encontrar a alguien que lo acompañe a uno en las buenas y en las malas (que mal chiste ese de los curas. Si cuando llegan las malas todos queremos mejor emprender largo vuelo hacia lugares más cálidos y fáciles, o no? Porque siempre es mucho más fácil renunciar y luego encontrar excusas, cierto?).

Pero he ahí el problema capital que concierne a este individuo escribano, que hay que hablar con las mujeres… y ah cosa chusca oiga! Ellas dicen una cosa pero hacen otra, predican pero no cumplen, hacen pero no demuestran, son todo un laberinto infinito de pasiones y razones mal razonadas, de contradicciones que se contradicen a sí mismas (v.g.: escena: un hombre le dice a su novia “no sé qué es lo que te pasa”, ella le contesta “cómo que no lo sabes”, y el, yo sé, olímpicamente le contesta “es que acaso tendría que adivinarlo?”, a lo que ella, de una manera más gráfica contesta con un contundente “SI”… es una conducta que en verdad, escapa de mi comprensión) y de temores extraños pero al parecer, válidos para ellas.

Y entonces me llega la oportunidad de decir: mujeres, diosas humanadas, princesas aladas y saladas, no puedo “caerles”, me es imposible hacerlo, no puedo galantearlas hasta llevarlas a mi lado, ya que no sé hacer algo que a ustedes les fascina que les hagan: mentir! No me echo flores ni tampoco me doy bombones (gracias Fanny Lu), simplemente no sé mentir; los que me conocen lo saben; no puedo mirar a los ojos cuando lo hago, me río estúpidamente o hago señales inequívocas de mi equívoco.

No puedo decirles las mentiras que tanto les gustan, no puedo decir cosas que son estúpidamente falsas: nunca te voy a dejar sola, nunca había conocido a alguien como tú, me gustan solo rubias (o pelinegras o crespas o lacias, dependiendo de la víctima)*, me gustan las mujeres de ojos grandes (depende también del target), no me había dado cuenta de tu amiga (si claro…), me encanta cocinar (bueno, esa parte si es verdad, lo malo es que no me gusta limpiar…), me encanta caminar bajo la lluvia, qué lindo te ríes, nunca peleo, me fijo más en la personalidad (esa si me encanta de cabo a rabo), las damas primero (el que lo entendió, lo entendió), me fascinaría conocer a tus padres, amo a tu gato, que lindo es tu hijo (esa creo que es la peor), etc.

Pero a ellas les fascina, se mueren y derriten por todas esas “humildes” pero sentidas palabras que salen de la boca del mentiroso de turno; peor aún, saben que es mentira, y aun así les encanta que les vean la cara, que les hagan propuestas falaces sin importar cuan descabelladas sean. No les importa nada, con tal de que la mentira sea consistente con sus sueños de Barbies y películas de Disney.

Porque a las de mi generación las dejaron marcadas los muñequitos animados de ese fanfarrón de Disney; aprendieron con la Bella y la Bestia que, detrás de toda bestia hay un caballero que las ama, que las valora pero que además no tiene problemas en invitarlas a su castillo y hacerlas vivir como una princesa (es que con plata, el tipo aguanta); de la Sirenita, aprendieron que no importa que tan distantes están los mundos de dos personas, siempre y cuando se amen estarán juntos para toda la eternidad (inserte risa aquí) en sus más profundos sueños húmedos (lo digo por el mar no…), sin importar que sean de distintas sociedades (eso solo se cumple en los cuentos y en Corín Tellado); de Aladino aprendieron que cualquier chabacán mal vestido las llevará a pasear en su bien decorada alfombra voladora y que, a pesar de haber nacido princesas, tienen el alma aventurera (pffff); y qué decir de Hércules, que les enseñó que siempre habrá un héroe musculoso pero tímido, hermoso y famoso, un adonis de rasgos varoniles pero delicados a la vez, con voz suave y gentil (como Ricky Martin) que les enseñará nuevamente a amar; Blanca Nieves les enseñó que está bien vivir con 7 hombres y que no pase nada de nada porque es una amistad hermosa, y peor aún, les enseñó que cuando menos lo esperen o estén dormidas, llegará su príncipe azul para despertarlas y hacerlas vivir un cuento de hadas.

Pues les cuento algo mis divinas princesas, mis hermosas muñecas de carne y hueso (y maquillaje), todo fue mentira… hasta ahora no conozco al primer tipo que tenga un castillo, que sea millonario y que esté solo a pesar de ser feo (no vieron el cartel de los sapos?), que mentira tan bien ubicada la del señor del castillo azul en Florida; no he encontrado al primer aventurero que vaya a buscarlas hasta la más lejana costa del pacífico para que sean su amor eterno si tienen a una que les guiña el ojo desde la otra acera (eso de viajar ocho horas por carretera lo hacen pocos en verdad); tampoco he conocido (tal vez por mi falta de mundo) al primer gamín o atarbán que las trate como a unas princesas y que las lleve a volar, bueno tal vez si conozco a uno que otro que hacen realidad el sueño de la alfombra, ya que las ponen a limpiarla todos los días…; por otra parte, les recuerdo que la verdadera historia de Hércules no es como se las pintan en el clásico animado y que quien hace la voz del personaje ahora patea con la otra pierna (por lo gentil pero varonil);y qué decir de los 7 hombres… niñas, si viven con 7 hombres y no pasa nada es porque todos ellos son gay o ustedes son muy feas, esa es la triste realidad (les había dicho antes que no sé mentir).

Despierten, despierten ahora de ese mundo de mentiras que se han construido, vuelvan a la realidad donde tristemente habitamos, abandonen ahora les imploro el maravilloso mundo de Disney, aléjense con celeridad de esos cuentos y cuenteros mal versados que les han estado vendiendo por tantos años!

Pero no lo hacen, siguen soñando que llegará su príncipe azul para salvarlas de su mundo infernal y llevarlas al país de nunca jamás, donde nunca crecerán ni envejecerán (ay que sueño tan dindo dindo), donde siempre vivirán en aventuras (en pañales) al lado de su sacro hombre. Y como siguen soñando, les siguen metiendo los mismos cuentos avejentados, incrustados en nuevas aventuras y nuevos acentos; como ya se dijo en otro artículo, sueñan con ser parejas de algún Piqué que las convierta en todas unas Shakiras, sueñan con un Beckam que las vista de Victoria’s Secret como a Victoria, sueñan con un atorrante argentino que las trate de “minas” y les enrede la cabeza con su acento proto-itálico del Río de la Plata, sueñan con un italiano que las embelese con su figura y su porte, con su olor a pizza y su góndola (o gónada?, en eso no me meto), o con un gringo que las saque de la olla y de ese país del demonio en el que tuvieron que nacer.

Sueñan y sueñan que les mientan y les mientan, que las engañen por todos sus poros, que no dejen un solo momento de mentirles… y ahí es donde tenemos problemas señoras y señoritas, porque yo no sé mentir, y  creo que mi estado civil actual se debe a esa monstruosa y horrible discapacidad…

Aunque ya viendo mejor la situación, y detrás de toda esta quejadera es más fácil decir que yo estoy mal, que debería empezar a mentir y a formarme en ese mundo que les gusta, que tantos no pueden estar equivocados, que es mejor mentir que tener que lamentar; que debería dejar mis escrúpulos estúpidos y hacer lo que más enamora a las “minas”: Mentir! Mentir hasta que la nariz me crezca de manera absurda! Al menos estaré narizón pero acompañado, y tal vez, solo si aprendo bien de mis cofrades y congéneres homínidos del sexo masculino, no solo acompañado de una sino de muchas bellezas afrodisiacas, porque tal vez las mujeres sean como Mini Chips: Muchas no son tantas…

Deberé entrenarme en el arte de engañar, de mentir, de ser falaz en cada una de mis expresiones; mirar a los ojos de la víctima sin vacilar ni dudar y lanzar alguno de esos cuentos acartonados que tanto aman: cómo te luce el maquillaje, ese labial hace juego con tus ojos, como estás de delgada, ya no podré ver a ninguna otra mujer (conste, que eso si mi ha pasado, pero eso es historia para otra narración que estoy haciendo), que bien lo haces… el almuerzo (como si las mujeres de ahora supieran siquiera cocinar)… yo sé que será complicado actuar contra esos malos instintos veraces que me acompañan, pero no me rendiré hasta que todo mi cuerpo sea un solo dechado de mentiras.

La mentira debería ser nuestro estatus actual y deberé entregarme al aprendizaje de dicha habilidad para así, con premura, salir de esta momentánea soledad que me aqueja por no poder soltar falacias a diestra y siniestra. Razón tiene el conocido refrán que dice “Los hombres pecan por los ojos y las mujeres por los oídos, es por eso que las mujeres se maquillan, y los hombres mienten”.

Por eso mentiré y mentiré y tiraré tu casa abajo! 

P.D.: Sí, me he visto todas las películas de Disney y por ello las saco de la manga cada vez que puedo… y no hablé de Mulán no porque no hable de falsos conceptos y de mentiras recargadas (eso de las valientes heroínas), sino porque me cae bien el mejor personaje del cuento: Mushu (“Claro, salven al caballo”, “viste a esos Hunos? Brotaron de la nieve, como margaritas”, “Vaquita, cariño, necesitamos transporte”, “Soy de tamaño bolsillo para su conveniencia, si viniera en tamaño normal, tu vaca moriría de miedo… échate Clara Bella”). Los que me conocen saben que hasta el acento les puse a las frases mientras las escribía.

La Otra: En el lugar del asterisco (no se imaginen mal, solo es una referencia bibliográfica y no gráfica o morfológica) es para hacer un comentario suelto: Qué mentira tan pendeja esa de que Alizée es la única lacia (o será Lassie?) que le gusta al muchacho posudo… Despierta amore, despierta mi bien despierta (guiño guiño). Sabes que te la sabes! Será que “last night you dreamt of San Pedro? Quítate esa venda de los ojos ahora que puedes Spanish Lullaby…  Muácatelas!

Sunday 22 April 2012

Una cualesquiera


"Te espero para eso de la mordida…"

Esta mañana se levantó este mucharejo, este menudo personaje con una sensación extraña, dolorosa pero familiar, con un cuerpo decadente y con una habilidad para moverse que no tiene nada que envidiarle a la velocidad de una tortuga o un oso perezoso. Debo admitir que tengo la motricidad fina de un zombi con hambre y la boca más seca que estopa y me aprieta mucho esta nueva ropa (porque dormí con ella y con zapatos).

Esto del guayabo, de la resaca monumental de domingo por la mañana es cosa de locos, es una vaina loca que destruye la capacidad de raciocinio de cualquier ser humano que se precie de tomar hasta embrutecerse como este humilde servidor. Esto de la pachanga extrema que adolezco desde hace unos años (tal vez 3) me ha llevado a los lugares más recónditos de cualquier ciudad en la que me encuentre y a encuentros fortuitos con cosas buenas y malas, con encuentros del tercer tipo.

Es que mi capacidad de aguante parece que va en descenso a medida que me vuelvo más maduro (para no decir viejo) y ahora tengo que utilizar todo el domingo para recuperar energías, líquidos y fortalezas… parece que ahora luzco un poco como una exnovia que quise mucho, quién tardaba una eternidad para recuperarse después de tomar licores, ya sea conmigo o con su amigo (perdón, con sus amigos), bueno, a menos que fuera a jugar bolos al día siguiente.

Ahora solo me queda entregarme a la fatiga de estar en la cama sin más remedio que revolcarme en mi crapulencia y mi sudor con olor a alcohol y a cigarrillo (no es que fume, sino que ese olorcillo se le pega a uno más que al fumador en cuestión), con ese tufillo mañanero de satisfacción y dolor etílicos. La vida ahora parece que se mueve en cámara lenta y me entrega lo peor de mi metabolismo para que rectifique mi camino y vuelva al sendero de la rectitud de la que me ufanaba hace mucho tiempo. Sé que mi hígado pide a gritos un merecido descanso.

Pero qué puedo hacer más que consumir líquidos y sopitas y jurar y rejurar que no lo volveré a hacer (promesa de todo borracho)? Solo seguir en mi estado de aletargamiento sublime que me hará recuperarme en muchas horas y que me hará revisar mi billetera y darme cuenta que todos mis dólares ganados con sangre, sudor y lágrimas han volado a las manos de aquellos comerciantes de mi vicio favorito que es el alcohol; aquellos expendedores, discotecas, bares y antros que ofrecen sus servicios a las personas ávidas de rumba como yo.

Es que no me basta con una cerveza, un litro o una jarra (eso lo saben bien mis amigos de libertinaje), uno debe hacerlo hasta el final (sacrificarse a pesar de los dolores, las malas caras o las traiciones), hasta el fondo profundo del  culo de la botella; no me niego a nada (en el ámbito de alicoramiento debo aclararlo), nunca he rechazado un trago (hay quien dice que eso es malo) y no creo que pueda empezar ahora… Siempre la fiesta continúa en cualquier lugar, en cualquier casa o en algún parque hasta que se me pare el ombligo…

Aunque debo también agradecerle a ese hijo del dios Baco por hacerme una persona más animada (hasta cierto punto) en las fiestas, en las discotecas y en los bares en cuestión, ya que he conseguido con él ciertos encuentros que no lograría con solo mi presencia o mi labia Kafquiana (sé que la palabra es rara pero existe); porque hay pocas cosas mejores que despertar, con el ya consabido guayabo pero “entrepiernado” con una fémina que acalore el momento de efervescencia matutina. Sé, por experiencia ajena, que a veces uno se equivoca, que utiliza mal su radar de hombre y se encuentra con ciertas damas que no corresponden a sus estándares de belleza facial o corporal, pero igual, como dijo alguien, quién le quita a uno lo bailado carambas! Pero debo admitir que eso no me pasa, no muy frecuentemente.

Por eso es que ahora me considero un hombre fácil, una cualesquiera que se ufana de ello por el simpe hecho de que ando solo como un notario y a pata como un cartero, que no tengo compromisos y a nadie pido permiso, que no tengo más compañía a veces que mi portátil y mi Facebook. 

Espero pronto dejar esta vida licenciosa y llena de vicios y complicaciones con la compañía de alguna princesa vampira que colme mis sueños y mis ilusiones, que me acompañe en esta vida loca (no de loca, para que no se confunda mi apreciado lector), alguna mujer que no me abandone por algún tarugo y que se quede un poco más que una simple mañana conmigo. Alguna chicuela de buenos sentimientos que sea soltera y sin compromisos y no tenga que volar en el acto (o después de él) o apagar el celular y mentir acerca de su paradero nocturno al novio, marido, mozo o machucante en la casa (mi amor, es que me quedé donde una amiga y se me acabó la batería, me perdonas?), que no tenga que llegar en puntas de pies a la mañana siguiente a bañarse a su casa para así no hacerse notar y no dar explicaciones. Nota mental para aquellas: Al menos llame a su amiga (Juliana, Milena o Sofía) y coordine la mentira para que no caiga infamemente (como estoy seguro que les ha pasado a muchas), ese consejo te doy aunque Popeye el marino no soy (Tu – Tu!).

Juro ante todo lo que es sagrado para mí (San José, Saint Johnny o el Beato Absolut) que en ese momento sublime en el que encuentre una novia dejaré este mal proceder de inmediato y cesaré en mi embrutecimiento alcohólico, apostólico y romano (porque esos romanos si sabían lo que era fiesta). Prometo, hacer algo como siempre lo he hecho, amarla y respetarla hasta que el otro nos separe (cualquier Juan, Pedro o Manuel que se nos atraviese, cualquier compañero, jefe o amigo que aparezca en la escena). Prometo tenerla siempre a mi lado y espero que ella haga lo mismo, que me respete y me quiera para así resarcir heridas del pasado.

Mi vida, mi cielo hermoso, mi niña linda, algún día te encontraré en algún lugar de este gran país (nota: en un viaje que hice a Vancouver me dí cuenta que en realidad este país si es mucho lo grande) para vivir de los amores y de los errores, para entregarte mis sueños y quedar a la espera de que podamos vivirlos juntos para siempre; pero por ahora deberé conformarme con mi sopa de papa y mi Gatorade para rehidratarme y quitarme este mal que acorrala todo mi cuerpo, todo mi ser y toda mi consciencia (oiga bien, si la tengo aunque muchos lo duden)! No aspiro a tener alguien que me cuide el guayabo, no señor, quiero alguien que me espere y me busque sin tener que hacer reclamos (eso sí es raro, de hecho, solo con una mujer me ha pasado), alguien que me ame y de quien no necesite escapar al mundo alcoholémico los fines de semana debido a su desidia o pereza intrínseca pero excusable. Ah, y que no mi mire la cara de idiota! 

Ven a mí, ven a mí rauda y veloz antes de la próxima luna llena! Princesa y vagabunda, garganta profunda, sálvame de esta soledad (eso es de una canción)…

P.D.: En estos momentos me arrepiento de haber dejado pasar a una niña que me acompañó hace poco (momento, ya va a ser un año, demonios), pero como dicen: “podrían acusarme que ella es menor de edad”… Mentiras, no era menor de edad pero si le llevaba algunos varios años (no sé si se escribe así)… Debo admitirlo por ella, juventud divino tesoro, es que, como dicen: la vida es diferente (así como la carne y la capacidad reproductiva) a los 21 que a los 30, especialmente en las mujeres… Hasta debo decir que dejé por ella y por el tiempo que duró, mucho, pero mucho de mi vida juerguera, aunque el proceso de despedida de Colombia intervino en ese amalgamiento que tenía con ella y en mi capacidad de decir que no a los alcoholes.

La extensión: Las referencias, situaciones, lugares y personas implicadas en el relato son reales y no producto de la ficción, cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia; pero no es una agresión, no es hablar por la herida, simplemente es una referencia de aquello que llaman “la vida en pareja” y de los “affaires” que pueden ocurrir con el tiempo y la falta de carácter adecuados y pertinentes para la continuación de los actos protocolarios; aunque, como dije en otro texto (o creo que aún no lo he publicado): si toda relación empieza con una que otra mentira, no veo el por qué no deba terminar del mismo modo, con dos cuerpos inertes que se alejan por motivos extraños y dolorosos, o por extraños no tan extraños que entran en la vida de las personas, que aparecen en el cuento aguando la fiesta y los quereres, sonsacando con delicadeza, astucia y maña.

La última (y nos vamos): Ningún animal, persona ni cosa fue lastimado en esta producción post pachanga auspiciada por Le Saint-Sulpice, algún “amanecedero” de Montreal sobre la calle Saint Catherine y algunas malas compañías, con quienes la pasé muy bueno hasta las 15 a pesar de la ligera nieve y el frío matutino de esta maldita primavera (ya escucho a mi madre, “claro hijo, ahí si no tiene gripa cierto”).

Piececillo: No pongo dos imágenes nunca, pero después de ver esto no podía hacer más que compartirlo con mis amigos, me pregunto: será mucho pedir una así para mi cumpleaños?

"Acabo de enterarne del Cosplay..."