Monday 22 July 2013

Justicia con Aplausómetro

"Se le ve la cara de culpable, a la horca!"


Si bien es cierto que la justicia que hay en el país de Marbelle y el Lavadero es una cosa un tanto ridícula y a veces salida fuera de los cánones normales que se deberían reflejar como sociedad ligeramente decente, es muy gracioso, cómico e incluso a veces hilarante ver cómo tantas personas se toman las atribuciones de juzgar todo lo que se les cruza en el camino: son juez, fiscal y Verdugo de quienes cometan cualquier tipo de delito.

Es que la verdad me asombra el amplísimo conocimiento jurídico de todos los colombianos, en especial, de aquellos que opinan en foros y mensajes de internet, de todos esos que opinan en urnas virtuales y pendejadas por el estilo de las que se valen los medios que tanto ellos mismos critican para hacerles creer que en realidad su opinión cuenta.

Pues les cuento, no cuenta! Porque más allá de la noticia o de toda la parafernalia del asunto no va a pasar nada con su voto o con su comentario un poco ignorante y un poco desprogramado (recuerde, la ignorancia no es mala, lo malo es seguir en ella). La justicia tiene sus modelos a seguir y no son los que les salen de sus agraciadas bocas llenas de furia y deseos de venganza: la ley es para acatarla y para saber utilizarla a favor de cada quien.

Por ejemplo, es solo ver el lujurioso caso del muchacho Colmenares, donde todos ya juzgaron y dieron su experto veredicto de que todos son culpables; pero más allá de que hayan sido los acusados vencidos en juicio o que las pruebas resulten totalmente concluyentes existe una sola verdad por la cual los quieren ver tras las rejas: porque son ricos!

Si señor! Funciona el clasismo colombiano pero a la inversa en este caso: como todos son hijos de papi y mami deben ser culpables, punto… lo demás es solo un intento desesperado de tapar las maldades de esas gentes horribles de las universidades privadas que se creen con derecho sobre todos los demás, así que hay que darles con toda! No importa si estaban o no estaban ahí, se le ve por encima el cinismo a Laura Moreno y a los otros, se les ve el pecado en la cara. Así pues señor juez, mándelos para la cárcel de inmediato para que no se burlen más de nosotros, los pobres de corazón que día a día nos esforzamos para poder ir a las mismas fiestas a las que van los ricos.

Y ni qué decir de ese vendido de Pirry, porque lo amaban todos cuando estaba del lado del pueblo, del proletariado emergente que abunda en Colombia, cuando hace sus reportajes y notas pendejo/cómicas para entretenernos, pero ahora se vendió solo porque hace una investigación imparcial… jamás! Eso debe ser que también lo compraron (claro, eso fue puro billete que le pasaron al Pirry esos “gomelos”).

No estoy diciendo que sean ni culpables ni inocentes, no estoy diciendo que se haya suicidado el muchacho aquel o que le hayan partido la maceta en dos, simplemente es que no se puede juzgar a nadie y mucho menos sin elementos de juicio.

Ahora sale un nuevo caso a la portada de los periódicos, el caso de las dos ingenieras que murieron en el aparatoso accidente que se presentó entre un taxi y un auto lujoso de un muchacho “bien”, de un gomelo malo.

Para empezar debo decir que si usted utiliza la palabra “gomelo” con frecuencia es que tuvo mucha Bienestarina en su vida, porque es una de las palabras más “guisas” del idioma. Pero aparte de eso, parece obvio lo que pasó frente a los hechos descritos por los testigos, por la policía y por las pruebas técnicas que hasta ahora se están realizando.

El hecho es que si hay dolo o no en las acciones del muchacho aquel le corresponde a la Fiscalía el acto de imputación, no a través de Facebook o Twitter, no debemos caer en la fácil escapatoria de ir juzgando a todo aquel que nos muestren en televisión a primera vista, porque de ser así todo negro sería ladrón, toda pereirana (o paisa) puta, todo pastuso bruto, todo costeño sucio, todo boyaco lento, todo opita perezoso, todo indio igualado y todo político víctima de persecuciones de sus enemigos.

Entonces por eso propongo mejor que dejemos el estado social de derecho, que abolamos a todos los jueces, fiscales y demás de todo el aparato judicial y le pidamos el aplausometro a un programa de concurso para que, en una tribuna pública amenizada por Jorge Barón y Marbelle, se juzgue a la voz de todos si alguien debe morir o vivir, como en las plazas de la antigua Roma. Pero les recuerdo algo, en algún momento de la historia eso no estuvo tan bien, porque cuando preguntaron a la chusma a quién querían libre, toda esa mano de “hombres justos” gritaron al unísono: a Barrabás, liberen a Barrabás.

Incluso, si se hiciera eso, pues los “gomelos” le pagarían a mucha gente para que vaya a botar por ellos, y sería todo la misma vaina… Hay que estar pendiente es de los organismos de control, no de la parafernalia mediática que se ofrece en forma de primicia.

Por último y como jalón de orejas semanal, por qué creen que las leyes siempre protegen al maleante? Porque son escritas, redactadas y promulgadas por políticos maleantes que acomodan la ley a su conveniencia y antojo… y adivinen quiénes son los que votan por ellos por un tamal? Ya saben la respuesta!

Tuesday 16 July 2013

Así es la mujer que amo

"..."



Sé que esa es una frase de mi tan querido cantante y musicólogo “Victor Manuelle”, pero quería empezar esta mini entrada con algo cursi, digno de un amor sin barreras, de un amor que, a pesar de las distancias, no se eclipsa como cualquier otro que salga de las fauces de cualquier pelafustana que suelte esa frase para acallar un “te quiero” semi afectivo.

Yo soy muy bueno haciendo alharaca y pintando con palabras una frase que puede ser dicha de forma clara y concisa, pero ahora no quiero utilizar toda esa parafernalia esotérica sino hablar directo y de frente (aunque creo que después de todo este “condimento” ya es demasiado tarde.

Porque después de hablar tanto y después de tantos golpes que me ha dado la vida, solo he demostrado a ciencia cierta que la única mujer que merece mi amor incondicional y todo lo que yo trabaje (todo es para ti) es mi santa madre.

Ella es la única merecedora del título aquel de la reina de mi hogar, ya que ella, a pesar de algunos quebrantos de salud, de algunos altibajos en su vida y de su fuerte aunque callado temperamento, ha sido la única que ha estado ahí siempre, sin importar cuan estúpido sea el dolor que tengo o qué tan profunda sea la herida que me hayan infringido, ella siempre ha estado presente así sea en muda agonía apoyándome y guareciéndome en la medida en que yo se lo he permitido, porque muchas veces la ayuda no ha llegado a mí solo por mi exceso de confianza y de terquedad. Además debo añadir que ese amor que me ha profesado nunca ha estado ligado con el exceso de éste, en el hecho de malcriarme o algo parecido, pues cuando las situaciones lo ameritaban no faltaba un merecido regaño o reprimenda para así tratar de educarme de la mejor manera posible.

A ella le debo mi pasión por escribir y la búsqueda incansable del conocimiento y de la perfección en el ámbito literario; fue ella la que me llevó a aprender gramática y ortografía, cosas tan escasas en estos días llenos de emoticones y abreviaciones electrónicas. Le debo la paciencia y el poquísimo sentido del orden que tengo, además del sentido del deber y del hacer lo que se deba hacer en el momento preciso.

Sé que uno cuando es niño o incluso adolescente (a veces hasta adulto) guarda muchos recelos con sus padres, por algún regaño o castigo, pero luego se va dando cuenta de que muchos fueron para bien y que otros, tal vez fuera de contexto, fueron por el simple hecho de que también son seres humanos a los que se les ha impuesto la titánica y mal pagada tarea de ser el ejemplo a seguir de los hijos.

Porque aunque he sido un mal hijo en muchos sentidos (en otros un pésimo hijo), ella nunca me ha negado nada, absolutamente nada: su tiempo, sus manos y su calor. Ella puede tener muchos defectos, tal vez algunos ya de tipo temporal o de edad, pero nadie ha hecho nada por mí de manera tan desinteresada como ella; yo sé muy en el fondo que mi vida hubiese sido aún mucho más fácil si la hubiera incluido siempre en mis planes y hubiese seguido sus consejos.

Pero es absurdo llorar por la leche derramada y hablar del pasado, simplemente quería reconocerle en vida toda su obra, desearle que ojalá estuviera conmigo y que algún día espero poder devolverle al menos una parte de todo lo que ella me ha ofrecido sin nada a cambio, sin necesidad de que sea un gran hombre o ni siquiera que tenga dinero o posición social, nunca me ha pedido lo imposible y solo ha estado como un ángel ahí, desde la distancia a la que me condené hace mucho tiempo, cuidando cada paso que doy, sufriendo cada desaventura en la que caigo y siempre esperando lo mejor para mí.

No voy a escribir frases trilladas como “ella es la mejor del mundo”, porque no sé dónde se inscribe a la madre para ese concurso, simplemente digo que ella es lo más importante de mi vida, que ella es quien tiene el derecho de recibir mi único amor incondicional. Sé que nunca encontraré alguien que iguale su amor hacia mí, solo ella es la elegida de mi corazón, su recuerdo es lo único profundo en mi superfluo y banal corazón.

Este leve y liviano escrito es lo mejor que puedo ofrecerle desde la distancia, y creo que es mucho más diciente y sentido que un almuerzo en algún restaurante o mencionarla en Facebook sabiendo que solo se presta para ponerle atención por solo un momento a este preciado ser.

Espero con ansias volverme a encontrar con ella para así agradecerle de la única manera que conozco: con un cálido abrazo y con el reconocimiento de ser la mujer que amo.

Monday 8 July 2013

Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos

"Es lo último que diré al respecto"


Quieren saber el porqué de que Uribe siga sonando y sigamos en las mismas de siempre sin ver para dónde vamos, pues acá les cuento:

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Quiero que me olvides, que me olvides para siempre, quiero ser solo parte de ese pasado distante que ya no quieres recordar,  quiero que me saques de tu memoria y de tu corazón, quiero que jamás vuelvas a sentir mi presencia ni mi aliento, quiero realmente que empieces de nuevo, con tus cuentas en cero, con tu corazón limpio y tu conciencia pura y cristalina; quiero que de ahora en adelante vivas cómodo contigo mismo, que ya el pasado no sea un lastre para tu bienaventuranza, que todos tus nuevos éxitos sean medidos desde el momento en que me enterraste en el olvido que, aunque pudiese parecer cruel, es lo mejor para ti, para que vivas nuevamente feliz.

Quiero yo, en esta forma femenina que muchas veces lleva a la perdición, que me alejes de tu mente para siempre, para que así puedas vivir una vida cómoda y sin complicaciones, quiero que seas feliz aunque no sea a mi lado, sin que vuelvas a escuchar ninguna historia del pasado.

Así como hace más de 20 años me mandaron a callar, ahora espero que tu hagas lo mismo, ahora que se cumple casi una generación de haberme abolido de los planes de estudio de cualquier colegio, quiero no volver nunca más para pretender enseñarte de las hazañas, aventuras y traiciones que sucedieron en tu país, en tu ciudad, en tu pasado vil que debes olvidar.

Esto te ha hecho más fuerte, más feliz, menos patriota, menos fiel a esa patria boba que no deja de estorbarte cada vez que muestras tu pasaporte con desprecio y vergüenza en alguna aduana; esto te ha hecho una mejor persona, al aprender solamente lo que te dicen en los noticieros, endulzado con unos labios carnosos y unas largas piernas, has mejorado ostensiblemente y te has vuelto más sabio; eres aún mejor cuando tomas referencias de mí, no a través de los textos vetustos y aburridos, amarillentos y desgarbados, sino de telenovelas que adornan la parrilla de programación, de historias que, a pesar de estar mal contadas y relatar mal el pasado, son mucho más divertidas, más digeribles y menos pesadas que esos libros de pastas duras y hojas llenas de interminables datos y notas al pié donde me atrapan.

Espero seguir en ese lugar del abandono donde he estado durante tanto tiempo, en un librero, en un armario, en alguna oficina antigua, en una biblioteca deshabitada… Cambiarme a mí, la historia, tu historia, por ciencias sociales fue realmente la solución, porque siempre es mucho mejor vivir en un ambiente social, que reúna a muchas disciplinas en un solo logro, que vivir de la historia muerta que nos cuentan desde esos anaqueles desquebrajados de las academias dedicadas a esa baja labor.

Gracias en verdad por haberme abandonado, así estarás siempre condenado a revivir el pasado, pero al menos, siempre volverás a sorprenderte cada vez que se repita lo mismo: las mismas injusticias, las mismas masacres, el mismo despojo de tierras, los mismos mártires y villanos, los mismos con las mismas, a veces hasta con los mismos apellidos.

Yo, la historia, solo soy un comensal que relata lo sucedido, un comensal que daña las fiestas por su evidente capacidad de recordar hechos que ya no vienen al caso, que es mejor no recordarlos para beneficio de pocos y para la ruina de muchos. Soy solo un pesado libro que no debe abrirse nunca más, para que así, pueda todo volver a suceder una y otra vez, suceda de nuevo, igual que la lúgubre sonrisa de aquellos que se lucran de tu ignorancia.

Quise estar contigo, pero jamás me amaste ni me valoraste, así que con dolor pero con alivio te digo, adiós! Que tu vida en tu despreciada República de Colombia siga corriendo con el opio de la ignorancia en la que se ha sumergido al no tenerme que enseñar nunca más.

Vive feliz en la comodidad del olvido, en el olvido al que me condenaste.*

*Historia relatada con base en el artículo “La Crisis de la Historia” de Revista Semana del 24 de Marzo de 2012. Pueden seguir el link: http://www.semana.com/nacion/crisis-historia/174321-3.aspx

Thursday 4 July 2013

El vegano interno

"Pero que zanahoria más sexy..."


Vengo a hablar de un tema que me apasiona (pero no mucho porque la pasión es enemiga acérrima de la razón) y es el consumo de alimentos. Muchos que me conocen sabrán de mi fascinación por la comida, sobre todo la chatarra, y por mi apetito casi sin límites, sin contar con mi paladar “piquisabroso” que me hace gastar más de la cuenta mes a mes.

Pero hace poco que entré a la onda de la seguridad alimentaria empecé a cuestionarme el alcance de mis comilonas en mi vida diaria. Es cierto que he tratado a mi cuerpo como a un vil basurero durante muchos años, entregándome sin delaciones a los placeres bajos de las comidas saturadas, los refrescos de cola que pueden deshacer una carne en una noche y a los alcoholes que tanto me alegran. Pero en algún momento decidí parar esa ingesta maligna, no del todo porque el “trancazo” puede ser mortal, pero sí paulatinamente para así limpiar un poco mi cuerpo no tan decadente de más de 15 años de groserías alimentarias.

Y arrancó esa mórbida curiosidad de saber cuántas calorías hay en un brócoli y el proceso de la insulina en el cuerpo después de consumir una gomita de azúcar; miles de páginas de información hay para consultar en internet y millones de recursos para saber cuán gordo, flácido o patético es uno. Encontré también centenares de teorías acerca de cómo rebajar algún kilo de más o cómo colocar la pierna para que el ejercicio abdominal sea más efectivo.

Al principio me parecieron un poco superfluas algunas de las lecciones que aprendía, pero luego me di cuenta de que era verdad, que había maltratado mucho a mi pobre pero delicioso cuerpecito, que estaba someramente sano de pura buena suerte y de buenos genes, porque de otra manera habría ya fenecido con semejante desastre gástrico.

Así pues, poco a poco empecé a cambiar mis hábitos alimentarios de la mejor manera que pude, eliminé muchas de las grasas transexuales que ingería, abandoné el pollo porque mi maestro Evo Morales con su asezorra de modas Nathalia Parïs ya habían pregonado a los cuatro vientos de que ese alimento lo volvía ultra gay a uno pobre, abandoné (parcialmente) mi ingesta de bebidas carbonatadas y me la pasaba tomando solo agüitas y un poco del Té Chino del Doctor Ming (muerte a Ming!!!!).

Eso está muy bien, he aumentado mi capacidad intelectual (aún más), vivo más ligero y menos congestionado y mi organismo ha logrado deshacerse de muchas toxinas que acumulé por años (p.s. alguien ha visto alguna vez una toxina?)… obviamente no iba a acabar con todo en contados días, pero he de decir que me ha servido mucho.

Entonces uno empieza a comer “mejor”, con brocolitos y lechuguitas que calman el apetito; porque antes para bajar de peso solo se hacía ejercicio y listo… pero ahora toca saber cómo funciona el ciclo de Krebs, los adipocitos, los desenfriolitos, el ATP, el ARN, la EPS y demás siglas extrañas para quemar esas feas calorías y ponerse regio. Que 20 litros de agua por hora para limpiar el organismo, comer galletas integrales que le van desintegrando los testículos a uno, nueces para remplazarlos, aromáticas y matecitos.

Y así poco a poco uno va bajando la ingesta también de carnes porque tienen muchas hormonas, porque el ácido ha sido malo, porque hay que digerir mucho tiempo y por no sé cuantas bobadas más.

Pues así fueron trasncurriendo mis días con sus noches hasta que en una tarde calurosa estaba yo en un restaurante y vi que había ya pedido mucha de mi comida cuando caí en cuenta (o de la cuenta) de lo que estaba comiendo: una ensalada que venía con 30 clases de yerbas, rabanitos dulzongos, pedacitos de fruta picada y trocitos de pan tostado, todo recubierto de vinagretas frutales y balsámicas, una ensalada que venía engalanada con una hermosa fruta encima para el deleite del paladar y de “las vistas”… y en ese momento me sucedió lo inevitable cuando uno se vuelve “vegano”: se me corrió el D.I.U.! El rímel empezó a escurrirse por entre mis ojos húmedos y la copa de mi sostén hizo un sonido onomatopéyico que no puedo describir con palabras, mejor dicho, casi empiezo a ovular, por Dios!

En ese momento me di cuenta de que me estaba convirtiendo en un ser bajo y vil que utiliza una antigua palabra que quiere decir “ser mal cazador”: Vegetariano!

Horror en la matriz, qué me estaba pazzzando dios bendito, en ese crisálido momento algo muy en mi interior (no voy a decir en qué parte) gritó: “carajo, eres un Hombre, cómo demonios estás comiendo esas ‘joteces’, por qué no comes algo digno de un macho!”

Media hora después, después de hacerme desinstalar el Dispositivo Intra Uterino y quitarme las medias veladas, después de quitarme las zapatillas escarlatas y la ropa interior rosa, estaba ya comiendo algo digno de un hombre: 500 gramos de carne medio cruda con papas y cerveza, y mientras la sangre se me escurría por los intersticios de la boca que desgarraba esa deliciosa presa con mis colmillos venidos de la evolución, sonaba en mí una canción que me hizo recordar lo que soy: “I’m a Man”!

Claro que seguiré con mi limpieza normal, comiendo avena y frutas, porque tampoco son tan malas, pero yo, volverme vegetariano yendo en contravía de la evolución? Jamás!

Por eso he cambiado mis principios alimentarios, como un poco más sano, pero sin irme a esa neo política nacida de un new age que se basa en respetar a la naturaleza salvando a una vaca pero destruyendo miles de hectáreas para cultivar soya o aumentar los gases de invernadero por traer comidas desde el otro lado del mundo. Así que es cierto, como mejor pero como un hombre, porque lo que hizo desarrollar el cerebro primigenio del homo habilis no fue una manotada de perejil en salsa de ajo, fue la ingesta de carne, ello nos ha llevado a ser la especie dominante en el planeta y la única que se ufana de tener tecnología y ciencia.

Es mi experiencia personal, espero que los vegetarianos no me ataquen a muerte por decir que la carne es deliciosa, o que los niños deben comer carne para que no mueran por falta de proteínas como le pasó hace algún tiempo a un infante en España. Por otra parte, las teorías de los veganos van hacia el animismo, y eso diría que las plantas también sufren al ser digeridas, hipócritas.

Y así, con mucha fuerza y con mucha testosterona expulsé y exorcicé al vegano interno que tenía, lo mandé de ipso facto al clóset!

Slow down Tinkerbell, eat meat ‘matafacka’!