Monday 13 February 2012

Charada Verde


"La bicicleta verde ayer se me perdió"

Colombia, donde la política se inventa y se re – inventa día a día, no por cambios filosóficos de sus participantes, sino por el color del dinero y del hambre burocrática, donde todos cambian de color, se reciclan partidos, se crean nuevos y se mimetizan los antiguos, es el escenario de un nuevo esperpento basado en esa rica tradición: El partido Verde.

Un partido pegado con buenas intenciones, lápices y Mockus, con actores y juventudes en Facebook que nunca se materializaron en las mesas de votaciones en aquella elección presidencial, aquella en donde era evidente que iba a ganar el candidato del gobierno, apoyado por toda la gran maquinaria del estado al servicio del presidente de ese entonces; pero de la ilusión de la ola verde se pasó a la risa y al ridículo, no solo con el discurso que dio el candidato en esas fechas sino por ver en que payasada se convirtió después; y por las siguientes razones:

Primero, el candidato principal fue despojado de su título, de su mal liderazgo, por las mañas y argucias del recién llegado Peñaloza (tan genial él que se adapta con su forma camaleónica a cualquier política). Además, debemos recordar que este personaje (Peñaloza) fue quien vendió al electorado bogotano la sublime idea de que el progreso es cemento y que la ciudad mejora a medida que él, con su don de urbanista y de uribista verde, implanta más bolardos, repara calles y coloca relleno fluido en las avenidas, en las troncales de Transmilenio que se desarmaron poco tiempo después (error por el cual estamos pagando todos los días). 

Segundo, su eminencia en el liderazgo, el adalid de la justicia obrera y trabajadora, aquel hombre que se levantó de la pobreza y del anonimato para convertirse en Alcalde Mayor de Bogotá y luego, como buen malabarista que es él, convertirse en la pareja de baile del Dr. Álvaro Uribe en la campaña a la alcaldía (cosa que me llenó de asco y de risa), no sirvió más que para acaparar la atención  de los payasos y de los desorientados. Es que a Lucho nunca le ha faltado gracia y picardía para mimetizarse en el ambiente en que lo pongan y hablar todo en sentido burlesco, jocoso.

Y tercero, ahora lanzan un comunicado típico de su falta de brújula política, de su falta de vergüenza y de estrategia, argumentando que no están a favor ni en contra del gobierno, diciendo que no son ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. 

Que falta de respeto con el pobre electorado que botó su voto con ellos por el sueño de una Colombia mejor (debería hacerse un Reality que se llame “Votando por un sueño”); que falta de respeto con todos aquellos que creyeron alguna vez que ese triunvirato virĭdis iba a servir para algo.

Espero que el nuevo color que tomen ahora sea el que más les conviene: el negro, el color del muerto y del funerario; porque el color verde, nos damos cuenta ahora, no era más que un simple y vano esfuerzo por acoplarse a la moda ecológica en todo el mundo, moda cautivante pero más costosa en muchos aspectos.

Qué lástima y que tristeza me dan esos pobres políticos acuartelados en esa mezcolanza, en ese menjurje de ideas cortas y barbas largas; pero no debemos jamás preocuparnos por los políticos, esos pobres seres que en aras de sobrevivir en ese mundo volátil de la política, realizarán nuevas y astutas maniobras para quedarse en el poder o al menos, con una parte de la torta burocrática, así les toque bailar con la más fea (nota: no le estoy dando ningún apelativo peyorativo al megáfono de la fiesta a la alcaldía ni a aquel que lo portaba).

P.D.: No les dará al menos un poco de escozor que Petro con su partido de rápida creación les haya ganado tan fácilmente? 

Otra: En otro artículo hablaré de otra gran exponente de la gracia del Partido Verde: Gilma Jiménez, una persona tan astuta que utiliza su pobre conocimiento de las leyes para mover masas ignorantes que claman sangre en vez de justicia.

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