Tuesday 14 August 2012

President Evil!


"Jill Valentine, te necesitamos en estos momentos"

Muchas cosas me asustan en el mundo, y no es que sea un cobarde ni mucho menos, pero hay cosas y situaciones a las que temo de carácter profundo y abismal, cosas que me hacen palidecer frente a la simple posibilidad de su presencia, muchas de ellas son un poco salidas de la ficción, pero otras tan reales que no queda más en la mente que temblar y helarse de miedo.

Asusta mucho el vivir per se, asusta todo lo que es nuevo y desconocido, asusta el pasado en sus facetas oscuras y asusta el futuro con sus posibles consecuencias. De las cosas a las que le temo, las principales son medio estúpidas, como una plaga zombi, que después de ver un concierto de Justin Bieber o después de ver cómo les ha carcomido el cerebro a los colombianos esa pendejada de Protagonistas, no es tan lejana ni tan paranoica, no por el virus, sino por saber que esa ausencia de pensamiento ya ha asolado al mundo entero sin darnos cuenta. Solo ver cómo se pegan a los televisores a ver ese libreto mal escrito, lleno de personajes bien montados para crear conflicto en un país que no necesita más de eso, me recuerda que el despertar de los muertos ya ha empezado; me doy cuenta de que ese virus televisivo ya ha entrado en al sistema parasimpático (parasimpático no es un paramilitar alegre mi despistado amigo) y ya ha desconectado por completo las funciones superiores del cerebro con el resto de la conciencia. Triste pero cierto.

Me asusta también la temida venganza de las máquinas, que los computadores (mejor computadoras, en femenino se oye más catastrófico y no sé por qué) se tomen este ex planeta de dios y nos acaben a todos, que nos esclavicen o que nos usen como baterías para mantener su existencia (serían unas máquinas co dependientes) o que peor aún, nos vuelvan entes sin cerebro solo siguiendo los comandos que ellas profieren a través de sus pantallas… y  no me refiero a los usuarios de BlackBerry, eso ya está perdido, es que ellos ya tienen su control remoto incluido.

Me asustan los Mayas, ellos sí sabían cositas… aunque si he de ser sincero, no les creo mucho; ya hemos sobrevivido a tantas debacles que nunca llegaron que me he vuelto incrédulo hacia ese tipo de premoniciones mitológicas: no volvió Jesús después de una generación (ni siquiera después de la generación X), no se acabó el mundo en el 2000 (año arbitrario) ni se acabó el país con la salida de Uribe… si ven, por eso ya no creo mucho en ellos; Mauricio Puerta, Wicca, Walter Mercado y otros prestidigitadores me han decepcionado siempre con sus horóscopos y cábalas.

Al desastre nuclear siempre hay que tenerle miedo, por lo horrible de sus mutaciones y de la nocividad que acarrea, pero me asusta más el desastre y la debacle financiera que se cierne sobre nosotros como sombra de Enron y de otros agiotistas que juegan con el dinero que no les pertenece, dejando a los demás en la quiebra sin nadita que comer.

Y hablando de cosas pendejas para temer, temo (porque Dios le dijo: no temas y él te meó) que sigan atentando contra la dignidad humana, como Fanny Lu, que en vez de seguir vendiendo Frutiño, escribe sandeces por Twitter… o le temo a las figuras geométricas que ve Juanes, o a que algún día me encuentre de frente a Marbel y me coma de un solo mordisco la gastrópoda esa, o que me toque ser su mero mero dueño y tener derecho a sus derechos…

Pero a algo si le tengo mucho miedo, pero mucho, mucho miedo… debo empezar por el principio: anoche tuve un sueño, una pesadilla sin Elm Street ni Freddy Krueger, soñé que por fin los Mayas habían acertado, que por fin el final de los días había llegado, que los cuatro Jinetes del Apocalipsis habían hecho su aparición triunfal, que por fin todo era como debía ser: que Álvaro llegaba nuevamente al poder.

Llegaba nuevamente con todos sus acólitos y sus baterías recargadas, que ahora comandaba una legión de descerebrados (bueno, más descerebrados que nunca) que aplaudían todo lo que hacía el personaje prestidigitador cual focas entrenadas, que ahora la casa estudio se ubicaba en el Palacio de Nariño y les daba en la jeta a todos… por maricas! Que utilizaba nuevamente recursos del estado para hacerse campaña dominical con cura a bordo (o con Procurador a bordo, que es lo mismo) y para repartir cualquier pesito (porque cualquier monedita es cariño) a las madres cabezas de familia o a las familias que dejó sin cabeza su amigo Rito Alejo del Río. Ah, y que metía en su gabinete a Angelino Pan y Vino (ese señor si le pone gracia a la política ahora que Pachito anda como alejado).

Era una pesadilla vuelvo y repito: sacaba de la perrera al Pincher y le decía que iba a ser su nuevo delfín (hablando de mutaciones entre especies) y que podía hacer con el agro lo que su seguro ingreso le mandara y le permitiera; llamaba a un cónclave cerrado para abolir ese esperpento político llamado Constitución y luego lo llamaba constituyente, convertía todo el Ubérrimo en  Zona Franca (porque él nunca ha sido tramposo) y llamaba a las armas a todos los colombianos de bien a través de Claudita Gurisatti y la señora a la que siempre se le mueve su cosa política.

Cambios radicales por doquier hacía el señor: acababa con los demás partidos tildándolos de guerrilleros vestidos de civil, mataba a ese montón de “indios” que solo piden y no dejan progresar (porque también son terroristas vestidos de ruana), legalizaba la mariguana pero solo para Pachito y sus amigos de guardería (porque recuerda lo que dijo Daniel Samper: un niño educado es un Pachito menos) y como no, ponía de fórmula vicepresidencial (o visceral) al súper ministro Eduardo “Invercolsa” Londoño, que con su prosa florida y sus verbo providencial encontraba la cuadratura del círculo en los círculos viciosos del poder que agarraba Alvarito en sus manos.

Y finalmente la debacle, y afortunadamente ahí terminó mi sueño: Invadía por fin a Venezuela con todo su poder militar y paramilitar… porque así lo dijo hace poco, que solo le faltó tiempo para hacer la obra de caridad con el pueblo venezolano y atacar a esos terroristas vestidos de venezolanos y venezolanas (por la paz) en sus propias guaridas, en territorios que no le pertenecen… y finalmente nos ponía en pie de lucha a marchar unidos hacia el hermano pueblo bolivariano.

Como dije, afortunadamente me desperté y no pude ver el enfrentamiento y el desangramiento que ello atraería (pero como a Álvaro le cabe este continente en la cabeza); pero eso me deja una reflexión más allá de la burla: que debería empezar a escribir mis sueños y a articularlos, para así crear un guión digno de Hollywood que me llene por fin los bolsillos de sucio pero delicioso dinero y que me saque del anonimato para convertirme en un escritor famoso, famoso por haber escrito el mejor estreno del verano del 2013: President Evil, La Resurrección!

Tal Cual!

P.D.: Tengo en serio que escribir mis sueños de manera más continua, estoy completamente seguro que escribo mejor que muchos de los libretistas de la televisión nacional e internacional, o al menos tengo mejor imaginación que poner a un montón de palurdos personajes juntos en una casa para que se den en la jeta o en una isla repitiendo el mismo formato año tras año.

La última: Para que se ría señor lector y la señorita que espera en la fila, les dejo el texto de humor que hace referencia a la rectitud y coherencia del señor Álvaro Uribe Vélez Frías (pues el “Frías” es para que vaya pegando en Venezuela): 

http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/lvaro-uribe-dice-que-tuvo-en-mente-operativo-militar-en-venezuela_12124738-4

1 comment:

  1. Excelente opinión, al final quizá el mundo no acabe y lo que se acabe sea el petróleo, sinónimo de caos y guerra mundial.

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