Monday 20 January 2014

¡Es mejor ser la moza, no se deje engañar!

"Me va a dar el ascenso, papis?"

Se habla mucho de las relaciones en todo momento y en todo lugar, en comerciales, revistas y hasta estudios detallados de científicos nos tratan de mostrar qué es lo que debemos hacer para conseguir pareja, ser felices con ella y vivir plenamente todo aspecto que se presente.

Aparecen estudios venidos de Berlín, Londres, Osaka y Tunjuelito que aseguran que las parejas deben hacer esto o aquello para alcanzar el éxito juntos, para poder vivir una vida saludable en el ámbito amatorio y cómo educar a los hijos; también sale cómo hay que tener sexo, a qué horas y bajo qué casa del zodiaco se debe practicar el salto del tigre, porque son muy avezados esos estudiosos de lo que por generaciones hemos hecho: amar.

"Eche pa' la pieza mijo"

Y así surge mi consejo en pro y en defensa de las féminas (porque uno de hombre si nació jodido): es mejor ser la amante, la otra, la moza, la querida… siempre es quien se lleva todo lo mejor de cada relación. Basta ya de chácharas y de palabras altisonantes acerca del amor eterno, puro y sincero, pues sé que muchas ya saben que las palabras que entono, así suenen un poco salidas de tono en este mundo que anda demasiado políticamente correcto, son ciertas por lo que escribiré a continuación.

Ser la señora de la casa, la novia, la mujer oficial de un hombre tiene muchísimas ventajas, de forma, fondo, color y objeto; tiene la ventaja básica de ser precisamente eso: la oficial, la “dura”, la “jefa” de ese matrimonio, noviazgo o concubinato (que está tan de moda en este mundo pecador). Es un derecho adquirido que no se puede quitar tan fácilmente (aunque alguien me dijo que ese es el plan del demonio ahora, el divorcio) y que les da cierto status quo (sean o no feministas), las pone en una posición de ventaja frente a sus amigas solteronas o mal arrejuntadas.

"Me anillaron, Bitches..."

Tiene la ventaja de tener la potestad sobre ese ser las 24 horas, 7 días a la semana, la ventaja de hacer y deshacer con ese cuerpecito las veces que quiera, derecho de pernada y derecho de que todo lo tuyo sea mío, más bien como dice la sabia Marbel Supercomics, “¡pa’ tener derecho a tus derechos!”.

Pero créanme señoras y no tan señoritas, es mejor ser la moza… claro que tiene sus desventajas lingüísticas y de status, como que la llamen de esas maneras tan despectivas y tan dicientes: moza, querida, la dominguera, la “peor es nada” y hasta los horribles nombres que les ponen las señoras de bien como la “fufa”.

"Fufas pero cotizadas..."

 Aunque no hay que ceñirse solo a eso, al qué dirán ¡caray! Vivimos en un mundo progresista que premia a los vivos, a los avivatos, a los rápidos y a los prácticos, y nada más práctico que ser la moza, nada más modernista, “new age” y hermosamente moderno que ser la querida de alguien, pero déjenme ilustrarlo con palabras.

La señora de la casa tiene derecho a cuidar la casa, a asearla (no hablo de obligaciones señoras feministas), a habitarla y a decorarla… pero la sociedad solo le permite esos pocos espacios, además del colegio de los niños, su lugar de trabajo y uno que otro restaurante. La sociedad es muy morronga.

Pero la amante de turno tiene acceso ilimitado a todo, todo lo que el infiel de turno tenga a disposición: la casa (mientras el gato no está, los ratones hacen fiesta), las tiendas, buenos restaurantes, clubes y discotecas, paseos, playas y lugares paradisíacos, tarjetas de crédito (eso si que enamora oiga), carros y viáticos, sin mencionar los moteles de lujo y sexo sin medida, descomplicado y en los mejores lugares: tabernas, oficinas, carros y apartaestudios.


"Que la lleven a la 'jinca' a asolearse"

Si se consiguen uno con plata (es que con plata, hasta la bestia del cuento de princesas aguanta) hasta apartamento les pondrá, les dará trabajo en la compañía donde trabajen o simplemente las sacará a vivir con el lujo que se merecen, y con un “plus” adicional: no tienen que aguantársele las malas caras porque para eso tiene a la mujer, además de la obvia de que no tiene que limpiar, ni recoger ni cuidar niños (tarea ya de por sí aburrida).

Y no lo digo por experiencia personal, porque no es que me las tire de decente (cosa bastante difícil), sino que nunca he sido jefe con un gran cargo o he estado dispuesto a aguantarme a una liendre o sanguijuela que me exprima mis mal ganados erarios… lo digo por todo lo poco o lo mucho que me ha tocado ver; obviamente sin mencionar nombres tengo conocidas que han sido mozas y que han exprimido al machucante de turno con carros, estudios, apartamentos y bastantes viajes, sin mencionar promociones, aumentos y trabajos. Incluso hay una que me eliminó de Facebook (miren cómo lloro) por decirle en la jeta que no me iba a marranear como lo hacía con el que le pagaba "la pieza" a ella.

"Sea como Dania y triunfe de lo lindo"

Créanme al menos una vez en su vida, la moza la pasa mejor, se divierte más y hasta trabajo en otros países les ofrecen, mientras ustedes, con su modelo patriarcal siguen atornilladas en esa vida de lujo medido y de cuentas de electricidad, de pagos, facturas y niños mocosos… una vida de sosiego plano.

Mientras tanto, las mozas del mundo siguen gozando de lo lindo los ahorros de los maridos y novios, van a bares, comen deliciosos platos y se llevan la vida que toda mujer merece.

Así que ¡basta ya de mentiras venidas de la iglesia y de esa sociedad machista que nos toca vivir! ¡Es mejor ser la moza, la que más goza!

Al final dicen: "Y que la pasé muy delitzioso, ¡que gracias!"





P.D.: Eso sí, ustedes pueden ser mozas todo lo que quieran, pero por favor, eso no implica que deban también ser “guisas” como muchas que he conocido… no “tsiseen” al marrano de turno y no vistan prendas estrafalarias… ¡Qué gracias!

P.D.2.: Antes de que me demanden o hagan algo en la C.I.D.H., por favor busquen en el diccionario la palabra "sarcasmo"... ¡Qué gracias!

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