Friday 10 January 2014

Disculpas públicas

"Lo siento de veritas"


Empezó este nuevo año malicioso del 2014, este año de mundiales y viajes con la tarjeta de Crédito Fácil Codensa, este año que vaticina ser una “berriondera” en pasta gracias a Falcao, Francisco el Papa grande y bello, Juanma y las bobadas de los uribistas, con películas de la Biblia que llegan a un público fácil y cautivo pero que, sobre todo, utilizan historias por las que no tienen que pagar derechos de autor (ojalá hagan una de Sodoma y Gomorra para gusto del Procurador). Pero como no todo puede ser felicidad y cabalgatas traquetas que les cambien el acento a los pastusos, pues como lo leen en el título, vengo a disculparme porque aprendí de mi maestro José Obdulio que peca y reza como muchos.

Sí, así como lo oye estimado caballero y elegante dama con la camiseta del Nacional, así como lo ve querido radioescucha que ve realities y monta en bus gozando Tropicana Estéreo y yendo a conciertos de La Vallenata (chévere). Creo que es hora ya de disculparme por tantos agravios a la poca inteligencia de algunos, los que se ponen un poncho y luego van a comprar productos Postobon (los refrescos de Colombia), los que se molestan porque los extranjeros nos digan “narcos” a todos mientras ven “El Capo” y “ Las Muñecas de La Mafia”.

Quiero en verdad disculparme con todos aquellos que he ofendido, pues, aunque no tengo la verdad revelada, no debía exponer de una manera tan gráfica su sordera audio-genital (léase: se les dice algo y se hacen los huevones); quiero disculparme con los políticos porque no es su culpa ser ladrones de profesión y de oficio, como dijo un comediante ‘ser unas buenas personas atrapadas en el cuerpo de un hijueputa’; quiero disculparme con los electores porque yo no soy nadie para refutar la obra mongólica de dios por seguir votando por los mismos o peor aún, creer que con el voto en blanco van a salvar algo de la porqueriza; quiero disculparme con los que ven tantas telenovelas porque sino quién va a hacernos el desayuno o a lavarnos el auto.

También me disculpo por mi snobismo barato que me sirve para criticar a la gente “loba” y horrible que abunda en estos espacios virtuales (se salieron de su tradicional aguamasa y entraron a Facebook), me disculpo por ver la ignorancia campante que adorna no solo al colombiano sino al humano promedio… porque eso de viajar sí que le abre los ojos a uno oiga! Se “cae de la cuenta” que el mundo es estúpido por donde se lo mire y se lo aprecie (o desprecie).

Lo siento en verdad por poder ver un poco más allá de la mano firme y el pulso armado de Uribe y sus comediantes del Centro Democrático (con las dos palabras me hacen soltar la carcajada) que ven en Osqui Ivancho Zuluaga la fórmula “Munster” para volver al poder en muñeco ajeno, lo siento por saber del pasado de José Obdulio o de ese muchacho que nos ha servido tanto en la Aerocivil para mandar cargamentos al país del norte, lo siento y prometo que este año no diré nada fuera de mi normal sátira cuando se quemen en las presidenciales tratando que hasta los perros voten (o los militares que no distan mucho).

Me disculpo de antemano con la izquierda democrática que no sabe en dónde carajos está parada y sigue diciendo “imperialismo yankee” cuando al único con esa denominación que conocen las nuevas generaciones es al Daddy “El Cangri” Yankee, a esa izquierda que odia que les digan mamertos pero siguen sin bañarse bajo sus boinas y sus ponchos, bajo su discurso añejado a punta de canelazo en la plaza Che y creyendo que pasarse 15 años en una universidad pública junto al MOIR o a la JUCO es una forma de vida.

Me disculpo con los verdes que solo me producen risas queriendo ser fuerza de tercería cuando meten al oportunista de Peñaloza con su relleno fluido que se acopla a cualquiera que le suelte un poco de mermelada mientras habla de ecología y bolardos. Y me disculpo con ellos por no entender su hoja de ruta.

Quiero disculparme también de manera sentida y sincera con el mundo en el que vivimos, quiero decir “lo siento” por ser un verdad (amañada) incómoda, un completo hijo de puerca que se cuestiona todo y que se rebela contra todo (y soy rebelde, hasta en la forma de cag… cantar!), que solo puede ser convencido por la razón y no por la fe o la fuerza, mucho menos por la crítica vacía, frases de cajón o con imágenes compartidas por Facebook (like si estás de acuerdo).

Así pues, doy a diestra y siniestra disculpas públicas por no pertenecer a sus religiones, partidos o sectarismos extraños, me disculpo por no ser otro más que se pone la camiseta solo porque la Selección (o “seletzión) va al mundial o porque Teófilo es un dios, me disculpo por no querer montarme como muchos en el tren de la victoria cuando no apoyé para nada a ese equipo lleno de gentecita extraña.

Me disculpo por todo lo que voy a decir este año codicioso porque vengo es con toda la yuca, vengo con las ganas de cerrarles el hocico a más de uno con sus cosas banales o superfluas, a callar a las masas bobas de la autosuperación “vaselínica” llenas de energías de deficiencia mental con el universo, a silenciar a todos los intolerantes que piden tolerancia con sus trivialidades teológicas y que vienen a creerse mejores solo porque tienen un amigo que los ama (los ama). Ah, y de paso dejo mi disculpa sentida con los reguetoñeros que ahora se creen músicos cuando su música solo sirve para restregarse con una fémina en alguna fiesta o cuando se acompaña del vallenato para arreglar la fuga de gas o de agua en la casa… ah y para hacer aseo o vender Loquiño en los buses.

Mil y mil perdones y que comience la fiesta de los hogares colombianos de este año en “portuguesinho” y sin visa para un sueño en “las Europas”, y mil perdones a la tarjeta de Crédito Fácil Codensa que van a reventar con esas ínfulas de lavaperros de la mafia, de “monecos” de la mafia.


P.D.: Tal vez sí sea un completo hijo de puta, pero cómo no serlo si aprendí de unos completos maestros como aquellos que no menciono acá. Ni perdón ni olvido rezan algunos como yo.

"That's f#$ing right, babe"

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