Sunday 16 September 2012

Hombres Inc.


"Me gustó la ilustración"


En estos días no tenía tema para escribir, en verdad entre mis ocupaciones, mis preocupaciones y el intento de ocupación de Uribe en la política con su centro de pensamiento genital (porque nos cree guevones a todos) no había tenido ni las ganas ni la decencia para escribir algo en este pedazo de ciberespacio que me regalan. Pero de manera abrupta, llegó a mí un texto que me llenó de ánimos para reescribir una columna en defensa de mi género, pero más allá, de ataque brutal y sin sentido contra esas neo – feministas, que se creen sus propios cuentos sin haber leído más que la revista Carrusel.

Porque ahora las mujeres tienen nuevos santos, porque junto a sus veladoras prendidas frente a Santa Marta (que hace poco me enteré que era la encargada de los imposibles con novena a bordo) y San Antonio, de quién sé por Chayanne que si no les da novio, nadie lo endereza, ubican las fotos de la reina de los desatinos sexuales, Alejandra Azcárate, quien con su verborrea y su falta de inteligencia pero con agudo sentido del hambre y del odio visceral hacia los hombres, ahora muge cualquier idiotez en sus columnas y programas.

Eso nos demuestra claramente que para triunfar en el país lo único que hace falta es ser idiota (no me refiero al vicepresidente), ser un cretino y ser ignorante, porque eso está de moda; para qué saber qué carajos es el Bosón de Higgs si puedo saber qué marca de reloj carga la energúmena esa? Pero no todo termina ahí, si tan solo fuera su agudo sentido de la moda el que me amenaza cual sombra gris en mis pensamientos, hasta lo pasaría por alto… pero es la violencia intrínseca de sus palabras mal usadas y de sus textos compilados de correos que circulan en internet (yo también soy un desocupado señora y me doy cuenta de su plagio) lo que me ofende de sobremanera.

Habla de manera cuasicómica con su tonito intelectualoide de segunda acerca de lo que una mujer debe hacer y saber, de lo que debe exigir por el solo hecho de ser una fémina reprimida, por el solo hecho de haber nacido mujer con potestad sobre todo lo terrenal y lo divino; por eso no duda en acusar al hombre de mal polvo (me imagino que ella es un terremoto en la cama después de sus horas interminables de bronceo que la dejan de color naranja) y de generarles dolores de  cabeza a las mujeres con sus conductas, pero nunca se detiene a pensar en la violencia de género que tanto critica, que tanto ensalza, porque es lo mismo un extremo que el otro, le recuerdo.

Pero hace algunos días, un muy buen amigo mío me “abofeteó” arguyendo que últimamente ando muy suave con sus manos (como crema Hins o como jabón Puro) en vez de ser duro con la mugre; me criticó el que haya abandonado mis temas políticos por temas aún más vacíos como los de las relaciones, pero sobre todo me criticó por andar de “políticamente correcto”, demasiado según su punto de vista, con las mujeres. Así que, después de esa zarandeada logística que me hicieron, pues no dudo en alzar mi voz contra las críticas de las mujeres frente a nosotros, los pobres y desprotegidos hombres.

Pero como se dice en la industria, vamos por partes: Las mujeres (oh mujeres tan divinas) critican mucho de nosotros, por ejemplo, nuestro amor irrestricto a las prepago, pero que más prepago que la misma Azcárate al vender sus opiniones sin valor al mejor postor, al mejor comprador? Sus opiniones que solo engrandecen a las mujeres que se aprovechan de los hombres, no a las que realmente luchan por la igualdad de géneros. Pero es muy cierto, amamos a las prepagos que después se convierten en amantes, porque no le dicen que no a nada, porque salen a beber a la par de uno sin pelearle por cualquier estupidez y, tras el estupor de la noche, siempre terminaremos recompensados con buenos movimientos de cadera y no de esófago como con muchas de las que conozco. También es obvio que, sobre todo, adoramos a las amantes de los amigos, porque ellas nos ponen en contacto con más niñas de la calaña de la amante, aman el reggaetón, no le hacen feo a nada y siempre están tan prestas a ofrecer sus servicios a la misma medida en que uno tenga cupo en la tarjeta de crédito. Yo veo a esa desprestigiada profesión como una redistribución de la riqueza.

Por otra parte aparte, se quejan del tamaño, hablan de longitudes, diámetros y periferias “prepuciales” (si yo sé, la palabra no existe, por eso la puse entre comillas), diciendo que necesitan a alguien con prepucio, pucio y pospucio… pero creo que es una cuestión de acople entre dos cuerpos, porque uno puede tener una espada de samurái (o si quiere traerlo más al argot nacional, un machete), pero si la va a envainar en un bolsillo de payaso, un bebedero de pato o en una carpa de circo, sinceramente no va a encajar, es cuestión también de amplitudes señoras. Porque les recuerdo, cuanto más uno usa su herramienta diferenciadora va a seguir del mismo tamaño, en cambio, cuanto más usen la funda, ella va a ir “cediendo” espacio para otras cosas, es la sabiduría de la naturaleza… no les ha pasado con algún bolso que hayan tenido? Por eso ahora existen cirugías de reducción.

Una más, hablan y nos critican de que, siendo feos (y no siendo ese mi caso), busquemos siempre a una mujer bonita… pues a ver! Es una cuestión obvia, todos queremos lo mejor para nosotros pero, y aún más grave, creo que demográficamente tenemos las mismas proporciones de fealdad y belleza tanto los hombres como las mujeres, pero las mujeres nos llevan una ventaja enorme: ustedes se puede maquillar y así engañarnos vilmente, nosotros no. Ustedes se levantan con aquel que se acostaron, mientras que uno se levanta con lo que sobra entre la almohada y la cara que pintaron y espolvorearon la noche anterior.

Otra cosa es la del asunto económico, de esa dualidad que manejamos nosotros entre las primeras citas y la vida en pareja; pero claro que somos generosos en el levante, como solo en el levante es cuando ustedes se maquillan y se ponen perfectas para uno (ah, pero eso para ustedes mis mujeres no es mentir cierto?)… no voy a decir que salgan en rulos siempre, pero ya después poco les importa lo que combine o no con sus ojos, o que les levante las tetas. Debo decir en este momento que, si nos dicen tacaños muchas veces, es porque ustedes son muy interesadas… si no lo fueran, pagarían a medias como lo hacen las mujeres de este hermoso país, quienes no están acostumbradas a ser un lastre. Por eso es que los hombres no podemos ahorrar, porque con el interés compuesto que se gastan muchas mujeres, no hay sueldo ni prima que aguante ese ritmo. Si quieren tanto que les gasten y las saquen a pasear (cual perro), pues métanse a las páginas de internet para citas “on-line” vendiéndose claramente como “latina caliente” y consíganse un Jeque árabe que las deje en jaque y punto. Las ví!

Aunque admito que me fascina como hablan y se llenan la boca diciendo que uno las quiere solo para cocinar y de las delicias que preparan para mantener a su hombre contento… Y hablan de cocinar como un lugar común, cuando ya esa plebeya tarea les daña el Posgrado y las rebaja. No se mientan ni nos mientan por favor, no nos crean tan pendejos que sabemos a la perfección que no tienen el más mínimo conocimiento de culinaria. Por eso, vuelvo y digo, amamos de manera irrestricta a nuestra madrecita: nos pregunta si tenemos hambre, nos cocina con gusto todo aquello que pidamos, sin nada más que el gusto de vernos felices. Te amo Mami.

Otro punto es la constante crítica de las mujeres cuando buscamos a “chicas” menores que nosotros para nuestras relaciones… ya lo había dicho que “juventud, divino tesoro”. Vi en un video de la cretina de Azcárate (si, tuve que verlos para poder criticar a gusto y con conocimiento de causa) que ella compara a las mujeres jóvenes con el sushi y a las “maduras” con el lomo al trapo, y en ese sentido no tengo nada más que decir que estoy de acuerdo con ella, pero no en el modo en el que lo describe, sino en que el símil es perfecto: claro que las menores son como esa comida oriental, son algo simples, pero frescas en todo aspecto y con algo de wasabe saben delicioso; mientras que las mujeres mayores son como esa carne que me gusta, vienen amarradas (por taras mentales y daños de los exnovios), quieren verse de blanco pero ya no les queda por toda la sal que llevan por debajo, y finalmente, están jugosas por dentro pero llenas de líquidos de los cuales no damos fé, de revueltos y adobos de otros… Es rico comer esa carne pero hay que saber en dónde y con los cubiertos adecuados.

Ya para terminar este lavadero de manos teórico, quiero meterme en un campo un poco más personal, más de ambiente festivo, más… no sé cómo decirlo… meterme con la bondad, la virtud y la coherencia entre las palabras y buenos deseos de las mujeres y sus verdaderas acciones. Siempre son tan regias ellas, tan moderadas y recatadas tanto en las relaciones como después de ellas, tan ecuánimes… la risa casi no me deja continuar con el texto pero así va: Las mujeres son un amor cuando están en la etapa dulce del noviazgo, pero al terminar sacan las garras, que no estaban muy ocultas, pero le tiran con todo al pobre e indefenso hombre, porque las señoritas (pff) si pueden liberarse de todos sus prejuicios, salir de sus relaciones y empezar a tirar por todo tabio (me fascina tabio), que se las coman de este a oeste y de norte a sur (como a la Gallina Azul), convirtiéndose en todas unas tigresas del oriente, ya sea de Montreal, Bogotá, Pasto, Cali o Cafarnaúm… eso para ellas es liberación; pero a uno no lo pueden ver con otra, así sea tiempo después porque es un acto de traición contra algo que ya no existe más que en sus mentes. Que risa.  Parafraseando una oración que les fascina a las mujeres, mientras ustedes le dicen a uno que no o lo desprecian en algún sentido, siempre habrá otra u otras que le tienen ganas a uno pobre… dígame usted señora, usted qué haría…

Porque según ellas, los hombres debemos comportarnos bien, como buenos perros amaestrados, dar la manito, saludar fuerte y mover la cola cuando ellas nos lo indican, y cuando ya no servimos, que nos esterilicen o que nos pongan a dormir… 

Por ello propongo que creemos nuestro propio frente, nuestro Hombres Inc., que nos colabore y nos “ensalze” como lo hacen las cuasi comediantes de pacotilla que las mujeres aplauden  y vitorean a grito herido hasta que se meta con ellas, porque es divertido mientras se la “montan” a estos sucios hombres, pero después, cuando ya el chiste va contra ellas, se les acaba el amor.

Así que, ahora es cuando! A formar un frente unido para defender al casto hombre contra las atrocidades de las feministas de garaje que ahora pululan en el país.

Sin ánimo de parecer “resentido”, solo es un texto de cómica aplicación de las mismas expresiones de su Santa Azcárate para que se den cuenta de que lo que escribe, dice o rebuzna no es correcto, que es una forma baja y vil de pseudo comedia sin ningún oficio ni beneficio, y para que no se les olvide lo que dijo acerca de las mujeres “amplias de cadera”.

P.D.: A riesgo de parecer jactancioso, se lo había dicho amada lectora: esa señora no tiene más que palabras mediocres para graznar en su inflada cabeza, pero afortunadamente ya se quitó la máscara… Veamos por cuánto tiempo se acuerdan del agravio cometido, ya que en el país del Sagrado Rostro, todo es excusable…

P.D.2.: Por cierto, todos tenemos algo de superficiales, por eso es siempre mejor ser joven que viejo, bonito que feo, rico que pobre (como lo dijo el PhD. “Kid Pambelé”) y flaco que gordo… es solo ver las fotos del antes y del después para darse cuenta de esa triste pero abultada realidad.

Fin del Comunicado!

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