Sunday 27 May 2012

Arroz con leche me quiero casar!

"Tranquilas niñas, el blanco es opcional"


En estos días he estado pensando bastante, en mi vida desordenada hasta más no poder, en no poder nunca ceñirme a un presupuesto (por eso mantengo endeudado), en mis pachangas extremas y extremistas, en mi desorden alimentario, en mis 2 o menos horas de sueño nocturno, en mi desastre habitacional, en mis horarios irregulares, en mi sobre exposición a internet, en mi sucesión de eventos sin sentido, etc. 

Me he detenido por fin a pensar, a racionalizar mi conducta irresponsable y sin sentido, mi vida de excesos y lujuria (ay que rico), de tachas y perico como lo afirma “Galatzia”, de lustrosa pasividad hacia el futuro y mi caminar solitario y sin meta fija. He tenido que sentarme un buen tiempo (por eso dejé al Facebook en paz), meditar y reflexionar (no sabía que conocía tantos sinónimos) acerca de lo humano y de los más humano de mi acontecer diario, porque errar es de humanos, pero es más humano echarle la culpa a otro. Lastimosamente descubrí que no había otro responsable más que mí mismo ser y carácter y tal vez mi pereza instruida a través de muchos años por el mejor maestro que conozco: Mi desocupe programático.

Y en un momento de gracia, de iluminación temprana y de estimulación ligera (no piense mal, estaba estimulando mis papilas gustativas con una papilla de banano con aguacate) la respuesta llegó a mi como por entre un tubo, una respuesta básica que debí haber visto desde hace mucho tiempo, una respuesta que me sacará de mi embobamiento literario y de esta pasividad no lucrativa.

Lo descubrí: tengo que casarme! Tengo que formalizar una relación con alguna mujer (no me gustan los hombres aunque acá esté permitido) y formar un hogar medianamente normal, luchar por mantener un enamoramiento serio y con compromiso y dejar esta vida loca y sin frenos que me lleva arrollado desde hace un buen tiempo.

Lo descubrí también en uno de mis múltiples viajes hacia el Viejo Puerto de la ciudad (que ahora no me deja caminar mucho por sus protestas), en el cual vi en ese día en particular, tantas parejas caminando de la mano a la luz de un hermoso día (awww), tantos padres y madres jugando con sus hijos y disfrutando de un paseo de olla sin olla (y sin estar en la olla como en Colombia) con sus amados infantes y pocas mascotas.

Vi a esos pequeños retoños con sus caras sonrientes y sus risas contagiosas y no pude hacer algo más que reír, ver que existen otros en el mundo (increíble, hay más personas aparte de mí en el mundo… guau!) y que la vida continúa… 

Vi a esas abnegadas madres corriendo detrás de los niños que sentí una envidia de la buena por estar en sus zapatos bajitos y con suela antideslizante, en sus zapatos sin estilo debido a que deben ser cómodos y no lujosos para perseguir a un pequeño en fuga. Vi a esos padres que aún están al lado de sus hijos acompañándolos al sube y baja, a los columpios y a montar en bicicleta; me pareció genial debo admitirlo, debe ser una cosa del otro mundo… Con razón mis padres se deleitaron tanto criando a este par de hijos hermosos que tienen (bueno, al menos denle el título a mi hermana).

Descubrí mi misión en la vida: me debo casar, porque eso de traer niños al mundo en una relación de concubinato o de “arrejuntamiento” no va con mis altos estándares establecidos por mis padres y familiares, por Dios! Eso de andar pariendo sin argollas (no hacer mención de la palabra a un argentino, por favor), sin un compromiso conyugal no está bien; me enseñaron que deben haber dos figuras paternales que acompañen el crecimiento físico e intelectual de un nuevo individuo.

Me debo casar, ya lo dije, con una señorita de la capital (como dice la ronda para niños): que sepa coser, que sepa cocinar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar!

Es que me pregunto yo, a estas alturas de mi vida, a este minuto 90 del partido: en qué voy a gastar todo mi tiempo libre? Quién me va a acompañar de día y de noche a un habitáculo al que llamaré hogar? Quién me regañará por todo lo que haga bien o mal? Quién me llamará unas 70 veces al día para saber cómo estoy (ojo, eso no quiere decir que sea intensa la señora, es que se preocupa)? Quién me va a levantar un sábado por la mañana a realizar alguna compra o a arreglar algo descompuesto? Quién me va a sacar de mi movimiento lento como el de un teletubbie en una cama de velcro para matar algún insecto mortífero que amenace por completo a la raza humana?  Quién me va a sacar en cara todo error que haya cometido hasta el momento en la relación? Quién, pero quién me grito a mí mismo!

También quiero tener hijos, evidentemente. Por ahora me gustaría uno, así como el hijo de mi amigo Adrián, el cual lo despierta desde las 3 de la mañana. Viene otra vez la preguntaredera: Quién me va a levantar a desmedidas horas de la noche para cambiar consentir a un infante? A quién tendré que cambiarle los pañales a cada momento? En quién gastaré mi hermoso tiempo libre? Con quién montaré bicicleta? A quién le gastaré un helado que se chorreará por toda su anatomía? Quién me pondrá en aprietos al tener que darle de comer? A quién le enseñaré a hacer del “uno” y del “dos” en los lugares adecuados? Quién me orinará mientras lo esté cambiando (favor no hacer comentarios aberrantes con adultos acerca del tema)?

Es una variedad de preguntas que me llenan todos mis pensamientos; obvio que eso de que sepa coser, como dice la canción, es un sueño casi inalcanzable y casi húmedo (créanme, cierta vez tuve que esperar más de un mes para que me arreglaran un pantalón); tranquilas mujeres, que los hombres ya nos acostumbramos a que sean todas unas princesas y no sepan hacer nada, que su lugar no está detrás de una estufa ni delante de una máquina de coser, ni más faltaba que solo su estatus sea el de una “queca”; ahora ya sabemos (a Dios gracias) hacer todas esas cosas “esclavizantes” que no saben ustedes hacer: planchar (un amigo acaba de gastar 100 dólares en plancha y mesa para ese fin), lavar (un amigo de mi padre dijo “si hubiera conocido la lavadora no me hubiera casado”… no estoy de acuerdo), cocinar, zurcir ropa, hacer dobladillos, cambiar pañales y limpiar la casa… lástima que morfológicamente no estamos diseñados así, pero créanme que si pudiéramos también sabríamos amamantar y parir, para que no se cansen las refinadas damas de hoy en día.

Pero ahora lo tengo claro (tengo, tengo, tengo, tú no tienes nada), como dice la presentadora en su cosa política “está claro”: debo conocer a una mujer que sea mi esposa, que sea la madre de mis hijos y la dueña de mis compromisos; una mujer que me vea digno de mezclar mis genes con los suyos y de formar un hogar… Sé que es difícil encontrarlas ya que a veces la hoja de vida no da para tanto (porque antes era suficiente la labia, ahora hay que preparar una hoja de vida impresionante). Espero casarme pronto, para por fin dejar de cuidarme y salir de estos 56 kilogramos de magra anatomía y regresar a unos delicioso 70 que alcancé alguna vez, o no se han dado cuenta que todos engordamos cuando nos casamos o tenemos parejas estables. Mentiras, obvio que seguiré mi régimen de ejercicio brutal y de 1000 calorías diarias para así no solo ser un consorte más sino un amante para mostrar. 

Así que ya lo saben, espero recibir propuestas (porque ahora la mujer propone y el hombre dispone, no pueden esperar menos ya que ahora llevan las riendas de todo en el planeta señoritas)… No tengo una hoja de vida impresionante pero tengo buenos sentimientos (awww) y no exijo mucho, bueno nunca más de lo que ofrezco: una belleza latina con algo de inteligencia y con un toque de sarcasmo (en una nota, el otro día conocí a una mujer no solo hermosa, espectacular de cabo a rabo –mmm-, de curvas más que perfectas, rostro divino y totalmente femenino y áureo, sino con un porte y elegancia que raya con lo ininteligible, pero que triste fue descubrir que su cabeza solo le servía para sostener ese ondulado pelo brillante)…

Y no digo con lo anterior que las lindas sean brutas, ni más faltaba: conozco a muchas mujeres espectaculares en mi vida que son muy inteligentes (algunas demasiado): abogadas, administradoras, arquitectas, doctoras, periodistas, enfermeras, profesoras, pocas pero lindas ingenieras (en ese orden)… y conozco a algunas, digamos no agraciadas, mujeres de perfiles bastante indeseables (eso de que no hay mujer fea y que la belleza va por dentro es una mentira muy fea) que también tienen la característica de no tener nada en la cabeza; todo es muy relativo. Como dice el adagio popular: lo importante no es que esté buena, lo importante es lo que dure buena (en muchos sentidos).

Así que buscaré una linda señorita que adorne con su presencia mi vida solitaria y que me aporte algo más que su belleza para así, establecer de una vez por todas un hogar en el cual crear (que es la parte más sabrosa y a la que me gusta dedicarle más tiempo) y criar hijos, los cuales podrán hacer gala de que nacerán canadienses y hablarán muchas lenguas gracias al multiculturalismo de esta ciudad del pecado. Es más, a la luz de la liberación femenina, pido e imploro que, así como son tan liberadas las mujeres actuales, me busquen y me hagan propuestas matricidiales para cambiar un poco el protocolo.

Con ésta sí, con ésta no, con esta señorita me caso yoooo…

Nota: Porque “yo no quiero trago, yo no quiero más drogas, yo te quiero mujer, vos sos lo que me ahogas, yo no quiero ruedas yo no quiero más alcohol, sálvame vos sos mi última opción”, ya no quiero que la gente solo diga que siempre consigo dinero para drogas, alcohol y para el puteadero, que siempre me lleva la fiesta semanas enteras y no me suelta!

Otra: Creo que también esta iluminación precaria viene a mí por el patrocinio de mis amistades, amigos y amigas que ahora se andan casando a diestra y siniestra de manera siniestra (si ven que la izquierda siempre es mala?). O andan teniendo hijos por todo “Tabio” a la luz de ese maldito Facebook que nos comenta la felicidad de otros.

La última: Ahora que Facebook (hablando del diablo) tiene la función de saber a qué horas fue leído el mensaje que mandamos o que nos mandaron, cómo van o vamos a hacer para lucir más interesantes al leerlos pero no contestar? Al demonio con tanta tecnología, ahora si nos tocó ser más humildes y contestar en el acto.

1 comment:

  1. El hombre soltero, es un animal incompleto, el casado es ....

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