Wednesday 23 May 2012

Emborrachadita de la bomba estás!


"Sube, sube que la bomba va! Dando media vuelta..."

Este país (bueno, mi país de origen) es sumamente gracioso; ocurren cosas descabelladas y hasta sin sentido que nos dejan con la boca abierta a todos, que llenan nuestra imaginación y nuestra memoria colectiva de sucesos extraños y personajes oscuros, de destellos y luces centelleantes que iluminan nuestro caminar lleno de preocupaciones diarias: La renta, el colegio de los niños, el crédito del ICETEX, la tarjeta Codensa, dónde carajos está Umaña, etc.

Es que debo admitir que son muy raros los días en los cuales uno lee la Revista Semana o el diario El Tiempo (alguna que otra vez leo otras como el Colombiano pero generalmente me da pereza) y no se encuentra con alguna “perla” venida de la más profunda imaginación macondiana; suceden hechos extraños como en el que dos curas (que parece no tenían cura) al parecer se mandaron a eliminar por supuestos líos de faldas y sotanas.

Y ahora, obviamente nos llegan más noticias extrañamente precisas; no voy a referirme al caso de Sigifredo López (ese apellidito otra vez) que, de ser cierto, sería lo más loco y descabellado que uno pueda escuchar… Utilizar una estrategia tan extraña para despertar “congenialidad” entre sus paisanos es una vaina loca, sacada de los pelos y de los cabellos, algo que escapa realmente a mi pobre imaginación debido a su extrañeza y algo de estupidez, porque pasar tantas penurias y tantos vejámenes, tantos años en cautiverio por algunos votos me parece realmente catastrófico por su falta de ética, así sea la de un político.

Lo que quiero hacer referencia es a esa oposición extraña que se ha creado en el país, en mi país del banano, en el cual es más difícil hacer oposición que hacerle un nudo a un banano, ha nacido una poderosa facción que raya con lo estatal, que se hace ahora desde Twitter y que colma nuestra paciencia hasta un extremo fatal: la oposición de Monsieur Uribe.

Él, dando a conocer su gala de magnánimo rector de la moral, la ética y la democracia ahora tiene de tarea, de oficio diario el escribir 140 caracteres como un maniático (y no sexual que hasta se lo perdonaría) en los cuales reprende con su santidad característica al mandatario de turno, el cual le recuerdo, fue puesto (o colocado?) por la lumbrera de Uribe y José Obdulio. Tiene ese celular al rojo vivo de tanto comentar, se ha vuelto un experto en comprimir textos largos en frases cortas con su astucia y mordaz crítica (ah, no contaban con su astucia).

Pero más extraño que ver a alguien como Uribe chiflando todos sus pensamientos es ver todos los acontecimientos que han pasado en el país (maldita sea, más violencia). Estos que me parecen, como ya lo dije arriba, extrañamente precisos y sincronizados, pulidamente sucedidos como una seguidilla de “puntazos” a la opinión pública para mover masas furibundas hacia una nueva ventisca venida de la imaginación autoritaria.

El ataque con la bomba magnética al ex ministro Fernando Londoño (al que no se le acabó el madroño) fue el primero de estos acontecimientos: al analizar el modus operandi de los atacantes surgen muchas dudas respecto a su procedencia: ese mecanismo magnético nunca había sido utilizado en Colombia (que yo sepa) aparte de algunos entrenamientos que tenían los agentes del D.A.S. con los señores de las Autodefensas (si ven que es extraño). Otra cosa: siendo los atacantes tan profesionales en saber los tiempos de los semáforos, los movimientos precisos de la comitiva del ex ministro y el funcionamiento de tan sofisticado aparato magnético, me imagino que sabían que el señor se transportaba en la parte trasera del vehículo, cosa que es fácil de suponer, de por Dios, hasta yo lo sé y no tuve que hacer un curso de “inteligencia” como los señores militares –sé que es una ironía eso de la inteligencia militar (o un sarcasmo) pero no voy a desprestigiar a tan lustrosa institución-. Entonces viene la pregunta del millón (o sea que no vale nada porque un millón de pesos no son nada): por qué carajos pusieron la bomba en la parte delantera y tan lejos del amado inversionista?

Sigue siendo extraño, bueno aún más extraño, que haya sido exactamente el día en que mi presidente (el iluminado sucesor) se iba a lucir, iba a mojar pantalla (y cucos) con el primer envío de mercancías que se hacía hacia los Estados Unidos por obra y gracia de ese delicioso T.L.C. que nos endilgaron por el ort* y sin vaselina.

Pero las extrañezas no terminan, como dice Proyecto Uno (duro y seguro): No Pares, sigue, sigue. Los militares (sigo diciendo, iluminados ellos por su inteligencia) ahora hablan y secretean de un posible golpe de estado, de derrotar a esos izquierdosos y facinerosos que campean por el nuevo gobierno e implantar uno que realmente le sirva a las necesidades del país, necesidades como aquella de ampliar el fuero militar hasta que nos puedan dar “fuete” sin rendirle cuentas a nadie (porque yo soy la hija de nadie). Los señores retirados quieren  volver a mandar y, como en toda conspiración, niegan cualquier intento o plan desestabilizador para el país (como lo afirmó Piedad Córdoba).

Y para finalizar todo este andamiaje de acontecimientos desafortunados, ahora llegaron noticias desde la pampa argentina (y eso me recuerda a Pampita), bueno, del mar de plata digamos; encontraron un artefacto explosivo que iba a ser utilizado para atentar contra la vida y gracia del Doctor Álvaro Uribe en un auditorio donde, como un sarcasmo más, iba a dictar una conferencia de liderazgo internacional. Al principio un juez argentino afirmó que era un aparato explosivo, “un aparato simple que podía provocar varias muertes” (como el celular de Uribe), pero ahora, la policía desmintió un poco esta versión diciendo que el artefacto en el teatro Rex, sobre la Avenida Corrientes (y la llevó a caminar por Corrientes), no era más que una bomba de estruendo, como Uribe con su Twitter.

Siguen siendo extrañas coincidencias, como algo orquestadas me atrevo a decir sin tener elementos suficientes para aseverarlo con firmeza; tal vez es “hilar demasiado fino” como lo aseguró el mismo Uribe cuando se cuestionaban las partidas presupuestales de Agro Ingreso Seguro, que, según la justicia, fueron realmente desviadas (qué, un amigo de Uribe preso? Eso sí es noticia!). Claro que las F.A.R.C. amenazan a todo aquel que no piense como ellos o que gane más de dos salarios mínimos, igual que el gobierno y la derecha recalcitrante con impuestos y leyes represivas, pero que tengan tal capacidad operativa en las urbes es un poco complicado.

También es claro que las bombas hicieron su efecto; ahora todo el mundo cuestiona a mi presidente y habla del regreso de Uribe; las redes sociales se llenan de mensajes de repudio a los ataques de la guerrilla contra los colombianos de bien. Es obvio que yo también repudio los actos violentos, como el de los 12 soldados en la Guajira, en esa tierra donde la arena se funde con el sol y donde la guerrilla se funde con Chávez aunque esas relaciones aparenten estar frías; es obvio que lamento la muerte de los escoltas y que hayan heridos solo por un acto de violencia irracional, pero que pasen tan sincronizados como lo han hecho, es por demás sospechoso.

No aseguro ni digo nada ya que sería irresponsable de mi parte, no afirmo que sean estos ataques gritos de cambio de la derecha que quiere nuevamente el poder, no digo que las F.A.R.C. no puedan estar involucradas en tales planes de desestabilización en el país, no digo tampoco que los militares estén detrás de todos estos actos violentos ni que sea el ánimo de algunos mover a las masas hacia la derecha totalitaria… No señores y señoras, damas y caballeros, no digo nada de eso, simplemente digo que me parece muy extraño.

Espero que la gente del común, esos que comentan desde las redes sociales y desde medios electrónicos, evalúen un poco mejor la situación y no se lancen como un Ñu al precipicio solo por seguir a la manada. Espero que la opinión pública no esté “emborrachadita de la bomba”.

P.D.: Eso de que la bomba era solo ruido me pareció comiquísimo, ya que se parece a la supuesta víctima: Uribe. Aunque espero que esto no tenga un efecto rompedor como dijo la policía gaucha. Por favor, 50 gramos de pólvora negra no hacen mucha cosa más que ruido como para que sea un grave atentado contra una persona. Además, iba a ser activado por celular o por Twitrer? 

P.D.2:  Este señor Uribe si es muy chistoso, es un “payasaurio” con ese cuento de las redes sociales: no sabe cómo gritar y joder, no tiene más espacio que esos 140 caracteres y repite todas sus oraciones como un mantra… un “man” trabado por su hambre de poder; eso de decir “espere le pongo otro twiterazo” es una cosa de la más absurda gracia pendeja. Yo quiero que empecemos una campaña para pagarle un tratamiento psiquiátrico o una casa de reposo para que descansemos todos de esa insistencia por inasistencia gubernamental.

Última: La foto la saqué del blog "Nunca es tarde si la picha es buena"... que conste que no lo dije yo!

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